Produce una cierta reconciliación con la actividad periodística comprobar el debate que ha suscitado un texto tan complejo, con más de tres mil quinientos comentarios y veinticinco mil ‘compatir’ a través de las redes sociales
“Las ideologías ateas han sido una parte integral de los regímenes totalitarios”, según subraya el filósofo John Grey en un largo artículo publicado en The Guardian, titulado ¿Qué asusta a los nuevos ateos? El filósofo, que se declara él mismo ateo (pero no “ateo misionero”), rompe algunos lugares comunes de cierta publicística, como considerar que la violencia y la intolerancia proceden de las religiones, y que ciencia y ateísmo van juntas.
Grey constata que aunque los ateos militantes busquen fundar sus valores liberales en la ciencia, en realidad ni la lógica ni la historia demuestra que existan esas conexiones entre ateísmo, valores liberales y ciencia. No hay razones, por tanto, para pensar que eso funcione hoy, como no funcionó en otras épocas: precursores ideológicos del nazismo, como el biólogo alemán Ernst Haeckel, muy hostil a la tradición judeocristiana, fundaron sus ideas en una supuesta ciencia y dieron lugar a valores tan poco liberales como el racismo y la eugenesia.
En realidad, aunque no lo quieran admitir, los valores liberales que profesan esos ateos (igualdad humana, autonomía personal) tienen su fundamento no en la ciencia sino en el monoteísmo. Es más: según Grey, el liberalismo moderno es la encarnación secular de la religión judeocristiana.
Como nota marginal: produce una cierta reconciliación con la actividad periodística comprobar el debate que ha suscitado un texto tan complejo como el de Grey, con más de tres mil quinientos comentarios y veinticinco mil “compatir” a través de las redes sociales.