"Una matrícula de honor sólo adorna el expediente", dice Laura Venzal con extrema modestia, quitándole importancia al reconocimiento académico que le ha otorgado su colegio
Llegar a la excelencia no ha sido un camino fácil. Este último año Laura Venzal ha tenido que aguantar insultos de algunos profesores y tuvo que cambiar de instituto, como otros cientos de alumnos a medio curso, porque veía que su sueño podía truncarse por culpa de la huelga educativa.
Tras el cambio de centro, Laura es una de las mejores notas de Baleares. Ahora ha rechazado una matrícula de honor para que otra compañera con un expediente excelente, pero inferior al de ella, pueda estudiar con beca su carrera en una universidad pública. Preguntada por este tema, Venzal prefiere no profundizar y sólo se limita a confirmarlo y decir que "no tiene importancia". En el colegio nadie da crédito. Es la primera vez que pasa una cosa así. Todos hablan de ella y de la gran lección de generosidad que ha dado.
Laura se convirtió en el "haba negra" del IES Marratxí (así la definió el director Jaume March) cuando pidió a sus profesores y al equipo directivo que impartieran clases para no perder más horas lectivas. Su instituto le abrió la puerta y la empujó a irse, eso sí, siempre en catalán.
El tiempo y su expediente le han dado la razón. Laura presume de tener una de las mejores notas de las Islas, un ejemplo de lo que se han perdido centros públicos como el IES Marratxí con huelgas y reivindicaciones extraeducativas que han provocado el éxodo masivo de estudiantes a la escuela concertada. "Es una pena que la prioridad en educación no sea la educación", lamenta.
Aún recuerda aquel día en el instituto cuando fue a colgar un cartel de unas jornadas por el Día de la Paz y la dirección del centro no le dejó simplemente porque estaba escrito en castellano y no en catalán. "Creo que el IES Marratxí se ha ofuscado en la reivindicación de un modelo educativo concreto (inmersión lingüística en catalán) donde no se respeta el derecho a estudiar también en castellano y hace tiempo que la prioridad dejó de ser la educación y la excelencia del alumno", sentencia.
Laura lleva años alertando de que las cosas en este centro no marchaban bien. Su Asociación de Estudiantes Libres de Baleares, que defiende una escuela apolítica y bilingüe, ha dado a conocer casos flagrantes como cuando un profesor insultó a una alumna llamándola pequeña fascista, cuando colgaron carteles de partidos políticos en el centro educativo o discriminaban por hablar en castellano, "olvidando los valores como el respeto, la pluralidad y la convivencia".
La joven, que recientemente ha cumplido la mayoría de edad, no echa la culpa exclusivamente a su antiguo instituto sino a la educación pública en general, donde un sector minoritario de docentes "ha perdido la responsabilidad como educadores y ha antepuesto sus intereses particulares en el aula". Aun así, reivindica la buena calidad de los centros públicos y hace justicia a los profesionales que la guiaron y ayudaron en sus estudios; reconoce que "de todos los profesores buenos que he tenido, la mayoría fueron del instituto de Marratxí".
Afortunadamente, recalca, aún hay centros que saben muy bien que su función es dar la mejor educación al alumno, tanto en conocimientos como en valores. Por ejemplo, Madre Alberta. Cuando entró al centro el primer día y no vio lazos, ni pancartas se sintió hasta rara. Las conversaciones con sus nuevos compañeros eran "radicalmente distintas", ni rastro de la huelga ni de política ni del catalán.
En cuanto al tema lingüístico, Laura critica que algunos profesores hagan suya una lengua y cultura tan bonita como la mallorquina y "si la reivindicamos, ideológicamente hemos de ser como ellos".
Venzal no es la única voz crítica en este sentido. Felip Cano, el mejor estudiante de Selectividad del año pasado, también denunció la alta politización de la asignatura de catalán en Baleares y los contenidos.
"Una matrícula de honor sólo adorna el expediente", dice con extrema modestia, quitándole importancia al reconocimiento académico que le ha otorgado su colegio. Laura Venzal ha finalizado sus estudios de secundaria en Madre Alberta con una nota de 10 y ahora espera los resultados de la Selectividad, aunque con menos presión porque ya ha sido admitida en la Universidad de Navarra para empezar la carrera de Derecho Internacional.
Con estos estudios tendrá la base para reivindicar los derechos humanos en el mundo, especialmente en los países donde se están vulnerando. Empezará colaborando con trabajo de voluntariado in situ y, luego, aspira a ocupar un lugar de responsabilidad para procurar que la ONU y las grandes ONGs estén "de verdad" por el objetivo que dictan sus estatutos y que "el poderoso caballero don dinero" no los traicione.
Mayte Amorós
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