¿Quién dice que el compañerismo y la fraternidad forman parte del fútbol?
Existen deportes profundamente humanos; es decir, que generan muchísimas ocasiones para explorar y manifestar nuestra humanidad
">
Aprovecho el gran mundial que estamos viviendo para poner sobre la mesa un video que vale la pena ver y usar apostólicamente. “¿Qué cosa es el fútbol?” es la pregunta que funge de hilo conductor de todas las imágenes que aparecen, ¿es violencia, ira, agresividad? Obviamente no lo es, uno tendría que estar fuera de sus cabales para pensar así, sin embargo, la pregunta interesante es: ¿por qué debe ser lo contrario? ¿por qué el fútbol debe ser compañerismo, respeto, honestidad o fraternidad? Porque simplemente no es una práctica amoral donde se juega, se gana, se siguen las normas en la medida en que estas nos favorezcan y, cuando se puede, se engaña o se juega sucio… total, ¿el fin no justifica los medios?
En el fondo la pregunta que yo planteo es: ¿por qué este video representa de alguna manera el fútbol? ¿son un montón de imágenes bonitas para mirar y meter al tacho de basura o realmente describen el deporte que amamos? Solamente esta pregunta puede plantear un dialogo muy interesante pero quisiera tratar de ir más allá.
En primer lugar tomo las palabras del Santo Padre a las selecciones de fútbol de Argentina e Italia: “Antes de ser campeones, ustedes son hombres, con sus valores y con sus defectos, con un corazón y una inteligencia, con aspiraciones y problemas, aún si son personas reconocidas, permanecen hombres en la vida y en el deporte. Hombres, portadores de humanidad”. Aunque parezca muy obvia, esta es una idea esencial. Los valores que rigen la vida humana la deben regir en todos los ámbitos en los que ella se expresa, el fútbol es uno de estos ámbitos y, a mi modo de ver, uno muy especial por el impacto y la visibilidad que ha alcanzado en nuestros días. No existe ninguna práctica social que tenga la capacidad de meter entre paréntesis nuestra humanidad. Quienes ceden ante una tal prepotencia no pueden sino terminar deshumanizándose.
Por otro lado −y aquí viene mi loa al fútbol (que es una opinión personal y nada más)− existen deportes profundamente humanos; es decir, que generan muchísimas ocasiones para explorar y manifestar nuestra humanidad. El fútbol es uno de estos deportes porque pone constantemente a prueba lo mejor de quienes lo practican: no se puede ser un buen futbolista si no se sabe trabajar como equipo, si no se pone lo mejor de uno mismo al servicio de los demás, si no se aprende a ser humilde e incluso obediente; en el fútbol se aprende a perder sin caer en el desánimo, a alentar y a ser alentados (que no siempre es fácil); nos enseña también a ganar con humildad, teniendo respeto por la derrota ajena, porque cuando se sabe cuánto ha costado la victoria, la soberbia y el desprecio del contrincante solo pueden ser signos de inmadurez e insensibilidad.
Así podría continuar varios párrafos más, y si bien sé que este discurso se aplica a muchos otros deportes, considero que en este sentido el fútbol tiene algo de deporte rey. En él los valores humanos no son una simple y prescindible decoración, sino que son esenciales para alcanzar su excelencia. Termino proponiéndoles otro video muy bueno que incluye también otros deportes: