El afán de superación y las ganas de vivir van siempre de la mano del cariño
A propósito de la realidad del sufrimiento, de la discapacidad con la que algunas personas nacen a la vida y de una preferencia afectiva hacia los enfermos, he querido recordar una espléndida película que en 2014 cumple 25 años
Los enfermos constituyen para el Papa Franciscouna “tentación” invencible. Son como un imán que atrae su atención y, sobre todo, su corazón. Tanto, que no tiene inconveniente en saltarse el protocolo para estar con ellos, ante la mirada de preocupación −cada vez más comprensiva, desde luego− del equipo encargado de su seguridad. En Internet se puede encontrar un buen puñado de vídeos que recogen esas reacciones tan espontáneas. Y cuando se dirige a los enfermos sus palabras no son sólo de consuelo, sino que transmiten ideas tan iluminadoras como las que se pueden oír en este vídeo:
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A propósito de la realidad del sufrimiento, de la discapacidad con la que algunas personas nacen a la vida y de esa preferencia afectiva hacia los enfermos, he querido recordar en este blog una espléndida película que en 2014 cumple 25 años: Mi pie izquierdo (1989), del director irlandés Jim Sheridan (“En el nombre del padre”, “The boxer”, “En América”).
El film se basa en la historia real de Christy Brown, el décimo de 22 hermanos, de los que sólo 13 sobrevivieron. Christy nació el 5 de junio de 1932 con una parálisis cerebral irreversible. Sólo poseía pleno control sobre una parte de su cuerpo: su pie izquierdo. Pero a fuerza de tesón y con la ayuda de su madre, consiguió relacionarse con los demás, pintar con cierta destreza, escribir una autobiografía en 1954 sobre la que se basó el guión de esta película. Falleció el 7 de septiembre de 1981.
Sheridan es un maestro en la recreación de ambientes, y consigue describir con gran realismo el clima humano y social en el que se desenvolvió la infancia de Christy: en el seno de una modesta familia católica de un barrio obrero de Dublín, donde la precariedad lo impregna todo. Dificultades económicas, hacinamiento en la vivienda, roces que provocan pequeñas y grandes discusiones, problemas con los hijos, etc. La sensación de miseria queda reforzada por el uso de la fotografía, que ilumina los rostros a la vez que atenúa y difumina los entornos.
Aunque el sólido guión del propio Sheridan y de Shane Connaughton adapta con bastante fidelidad el relato original, el director oculta injustamente, en mi opinión, uno de los elementos más interesantes de la vida de Christy: la influencia decisiva de su fe católica en el afán de superación, sobre todo a partir del viaje que realizó a Lourdes. Conste que Sheridan me parece un buen realizador, y que he visto casi todas sus películas, pero observo que, sin ocultar sus raíces católicas, es propenso a deslizar en sus filmes alguna velada crítica a la jerarquía de la Iglesia, algo que se insinúa en “Mi pie izquierdo”, en el personaje del sacerdote rígido y legalista.
A pesar de contar con un modesto presupuesto de 600.000 libras, la dirección artística y la puesta en escena resultan notables, y la música de Elmer Bernstein, sobresaliente. Pero donde realmente el film alcanza las cotas más altas es en el capítulo interpretativo. La extraordinaria actuación deDaniel Day-Lewis −ganador del Oscar por su caracterización de Christy adulto y único actor, de momento, que posee otras dos estatuillas más− es difícil de olvidar. Como ha señalado un crítico, "en la pantalla no hay un actor que interpreta a un minusválido; hay un auténtico paralítico mental". Por su parte, Brenda Fricker −premiada igualmente con el Oscar de la Academia−, se muestra deslumbrante en su papel de madre, regalándonos unas escenas junto a Day-Lewis de una enorme fuerza dramática. Meritorio también es el trabajo de Huhg O'Connor, el joven actor que da vida a Christy de pequeño.
Desde luego, el Christy Brown real no hubiera desarrollado sus valiosas capacidades ocultas tras la enfermedad sin el constante estímulo de su madreBridget, una labor que queda magníficamente plasmada en el film. Y es que, como suele ocurrir en la vida, el afán de superación y las ganas de vivir van siempre de la mano del cariño. Tanto, que en este caso la película bien podría haberse titulado “Mi madre”.
Os dejo el único trailer de le película que hay en español en el canal Youtube. No es el oficial, pero da una idea bastante precisa de un film que sigue con la misma frescura de su estreno, hace ahora 25 años.