El Papa recuerda el papel de la familia en la nueva evangelización
Alfa y Omega
Las palabras de Benedicto XVI ponen de nuevo el acento en la misión que las familias cristianas están llamadas a desarrollar en Europa
La mejor forma de combatir «el eclipse de Dios, la difusión de ideologías contrarias a la familia y la degradación de la ética sexual», es desde el testimonio de las familias comprometidas en la nueva evangelización, capaces de construir una sociedad más justa.
Ésa es la propuesta que lanzó Benedicto XVI ante los participantes en la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para la Familia, a los que animó a participar en el Encuentro Mundial de las Familias, de Milán. Un mensaje cuyos ecos también resonarán, el próximo 30 de diciembre, en la plaza de Colón, de Madrid
En su discurso al Consejo Pontificio para la Familia, el pasado 1 de diciembre, Benedicto XVI volvió a lanzar a las familias católicas a comprometerse de forma activa en la defensa del matrimonio en la sociedad. Y no sólo desde un asociacionismo meramente civil, sino también desde su testimonio cristiano, o sea, desde los fundamentos de la nueva evangelización: «El eclipse de Dios, la difusión de ideologías contrarias a la familia y la degradación de la ética sexual se encuentran relacionadas entre ellas. Y así como están en relación el eclipse de Dios y la crisis de la familia, la nueva evangelización es inseparable de la familia cristiana. De hecho, la familia es el camino de la Iglesia, porque es el espacio humano del encuentro con Cristo», afirmó.
Del mismo modo que ya hizo el pasado mes de septiembre, durante el Encuentro Eucarístico Nacional italiano, Benedicto XVI animó de nuevo a los matrimonios cristianos a ser, no sólo receptores de la pastoral familiar, sino agentes activos en la evangelización de la sociedad y de las familias alejadas de Dios: «Los cónyuges no sólo reciben el amor de Cristo, convirtiéndose en una comunidad salvada —explicó—, sino que también están llamados a transmitir a los hermanos el mismo amor de Cristo, haciéndose comunidad salvadora».
Un compromiso evangelizador
De ese modo, «la familia, fundada en el sacramento del Matrimonio, es actuación particular de la Iglesia, comunidad salvada y salvadora, evangelizada y evangelizadora», y «está llamada a acoger, irradiar y manifestar en el mundo el amor y la presencia de Cristo», que «se realiza en la dedicación recíproca de los cónyuges y en la procreación generosa y responsable, en el cuidado y en la educación de los hijos, en el trabajo y en las relaciones sociales, en la atención de los más necesitados, en la participación de las actividades eclesiales y en el compromiso civil».
Las palabras de Benedicto XVI ponen de nuevo el acento en la misión que las familias cristianas están llamadas a desarrollar en Europa, y que la Iglesia quiere potenciar en la era de la nueva evangelización, con encuentros como el del próximo día 30, en la Plaza de Colón, de Madrid —donde se proyectará un video-mensaje de Benedicto XVI—, o el Encuentro Mundial de las Familias, que tendrá lugar en Milán del 30 de abril al 2 de mayo de 2012.
También en esta línea, y ante los debates que se están generando en algunas comunidades centro-europeas y que buscan difuminar los límites del sacramento del Matrimonio, el diario de la Santa Sede, L'Osservattore Romano, recordaba, hace unos días, un escrito del entonces cardenal Joseph Ratzinger, sobre la comunión por parte de los divorciados vueltos a casar, en el que ya proponía lo que, hoy, como Papa, sigue proponiendo, que «la pastoral del matrimonio debe fundarse en la verdad», y defenderse sin miedos.