En su visita a Tierra Santa, el Papa se ha pronunciado repetidamente como abogado de la paz y portavoz de los que sufren la falta de ella en Oriente Medio. Lo ha hecho con palabras y también gestos, como el inesperado acercarse hasta el muro levantado entre Israel y Palestina, y sobre todo, la invitación a los presidentes palestino e israelí a orar con él por la paz en Roma
En el vuelo de regreso a Roma, tal como había dicho al emprender su Peregrinación a Tierra Santa, Francisco mantuvo un encuentro de cerca de 50 minutos con los periodistas que lo acompañaron en estos tres días tan intensos del II Viaje Apostólico internacional de su Pontificado, y fue respondiendo a las preguntas con su característica forma directa, serena, sencilla y espontánea.
El Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede y de nuestra emisora, el Padre Federico Lombardi, agradeció al Obispo de Roma su cordial disponibilidad para el encuentro con los medios de comunicación, «después de un viaje matador» −como el mismo Papa había bromeado, citando lo que había leído en algún artículo.
Luego el P. Lombardi señaló que los periodistas se habían organizado por grupos lingüísticos y que no había puesto límites a las preguntas, como desea el Santo Padre. Por lo que fueron afrontando diversos temas.
La primera pregunta fue la del grupo italiano, presentada por Cristiana Caricato, de TV2000. Se refirió a los gestos que el Papa Francisco cumplió en estos días y que dieron la vuelta al mundo: su mano en el muro de Belén, la señal de la cruz, el beso a los supervivientes, en el Yad Vashem. Así como el beso en el Santo Sepulcro…, Bartolomé... y muchos otros. Fueron, gestos pensados, queridos. Y qué piensa el Santo Padre sobre las repercusiones de esos gestos, como el de la invitación a los presidentes israelí y palestino al Vaticano, para rezar por la paz.
Bueno, los gestos... los que son más auténticos, son los que no se piensan antes, los que vienen espontáneamente ¿no? Pensé, bueno se podría hacer algo... pero el gesto concreto en sí, ninguno de los cumplidos, había sido pensado así. Algunas cosas, por ejemplo la invitación a los dos presidentes a la oración, se había pensado un poco que se hiciera allí, pero había problemas logísticos, tantos, porque ellos deben tener en cuenta también el territorio, en dónde se hace. Y no es fácil ¿no? Se pensaba en una reunión y al final salió lo que espero que venga bien ¿no? Pero no fueron gestos preparados... no sé, cuando pienso hacer algo, me nace de forma espontánea. Pienso, se podría hacer algo..., pero concretamente no me viene. Por ejemplo, en el Yad Vashem, no sabía, pero luego me vino.
Frank Rocca, responsable de la Agencia Católica de información de los Obispos estadounidenses preguntó al Papa Francisco: Usted se ha referido, con palabras muy duras contra el abuso sexual de menores por parte del clero, de sacerdotes. Y ha creado una comisión especial para afrontar mejor este problema desde la Iglesia universal. En sentido práctico, ya sabemos que en todas las Iglesias locales hay normas que imponen una fuerte obligación moral, y con frecuencia legal, a colaborar con las autoridades civiles locales, de un modo o de otro. ¿Qué hará Usted en caso de que haya un obispo que, claramente, no haya honrado, no haya observado estas obligaciones? ¿Se excluye la constricción a dimitirse? ¿Se proveerá a otras sanciones? En sentido práctico, ¿cómo se pude disciplinar esto?
En Argentina, a los privilegiados les decimos: “Éste es un hijo de papá”, ¿no? En este problema no habrá hijos de papá. En este momento, hay tres obispos que están siendo investigados: bajo investigación, tres, y uno ya ha sido condenado y se está evaluando la pena que se le debe aplicar. No hay privilegios. Sobre este asunto, abuso contra menores, es un delito horrible, muy feo… Nosotros sabemos que es un problema grave por doquier, pero a mí me interesa la Iglesia. Un sacerdote que hace esto, traiciona el Cuerpo del Señor, porque este sacerdote debe llevar a este niño, a esta niña, a este muchacho, a esta muchacha a la santidad; y este muchacho, esta niña se fía, y éste, en lugar de llevarlos a la santidad, abusa de ellos. ¡Y esto es gravísimo! Es precisamente como… haré sólo una comparación, es como hacer una misa negra, por ejemplo, ¿no? Pero tú debes llevarlo a la santidad y lo llevas a un problema que durará toda la vida….
La próxima semana, no, creo que será el 6 o el 7 de junio, o los primeros días de junio, tal vez el 3, habrá una Misa en Santa Marta con seis u ocho personas que han padecido abusos, y después una reunión con ellos: ellos conmigo. Las personas, dos son de Alemania, dos de Inglaterra −o de Irlanda, no sé bien− serán ocho, ¿no? Con el Cardenal O’Malley que es de la Comisión. Pero sobre esto hay que ir adelante, adelante: tolerancia cero.
Sebastien Maillard, redactor francés del periódico La Croix, le preguntó al Papa si estaba preocupado con el crecimiento de los populismos en Europa tras el resultado electoral al Parlamento de la UE.
«En estos días, he tenido tiempo de rezar el Padre Nuestro, un poco [ríe], pero no tengo noticias de las elecciones, de verdad. No tengo los datos, no se quienes ganaron, ni quienes no ganaron, ¿no? No estoy informado. ¿Pero en qué sentido usted se refiere al populismo?
En el sentido de que hoy muchos europeos tienen miedo, piensan que no hay futuro en Europa. Hay mucho desempleo y el partido antieuropeo ha tenido un fuerte crecimiento en estas elecciones...
Este es un argumento del que he oído hablar, ¿no?, de Europa, de la confianza o la desconfianza en Europa, ¿no? Incluso con el euro, algunos quieren volver atrás... sobre estas cosas yo no entiendo mucho. Pero usted ha dicho una palabra clave: el desempleo. Esto es grave. Es grave y yo lo interpreto así, simplificando. Formamos parte de un sistema económico global, donde en el centro está el dinero, no la persona humana. Y en un verdadero sistema económico, en el centro debería estar el hombre y la mujer, la persona humana. Y hoy, en el medio está el dinero.
Para mantener esto, para equilibrarse, se debe ir adelante con las algunas medidas de "descarte". Y se descartan los niños −el nivel de natalidad en Europa no es muy alto, ¿eh? Creo que Italia es del 1,2%, en Francia, ustedes tienen un 2%, un poco más; en España, menos que en Italia: no sé si llega al 1%..., se descarta los niños, se descartan los ancianos: los viejos no sirven; ahora mismo, en algunas circunstancias, van a verlos porque son jubilados y tienen necesitad, pero es una cosa coyuntural. Pero los ancianos se descartan, incluso con situaciones de eutanasia oculta, en muchos países, ¿no es así? Es decir, los medicamentos se administran hasta un cierto punto, ¿no?
Y ahora mismo, descartamos también los jóvenes, y esto es muy grave: es muy grave. En Italia, creo que el desempleo juvenil es casi del 40%, no estoy seguro; en España, estoy seguro: es del 50%. Y en Andalucía, en el sur de España, del 60%. ¡Esto significa que hay toda una generación de "ni-ni" no estudian ni trabajan, y esto es muy grave! Se descarta una generación de jóvenes.
Para mí, esta cultura del descarte es muy grave ¿no? Pero esto no pasa sólo en Europa: hay un poco en todas partes, pero en Europa se siente más ¿no? Si usted hace la comparación, hace 10 años, con la cultura del bienestar, ¿no? Esto es realmente trágico, ¿no? Es un momento difícil. Un sistema económico inhumano. Yo no he tenido miedo de escribir en la exhortación Evangelii Gaudium: este sistema económico mata. Y lo repito. No sé si me he acercado un poco a su inquietud... Gracias.
Por su parte, el periodista español del periódico La Vanguardia, Eusebio Val, preguntó: Gracias, Santo Padre. Desde el primer día de su pontificado, Usted lanzó este fuerte mensaje de una Iglesia pobre, para los pobres, pobres en sencillez y austeridad; pero a veces vemos que hay situaciones, escándalos −por ejemplo, esta situación con el apartamento del cardenal Bertone, o la fiesta, la famosa fiesta en el día de la canonización o regresando al cardenal Bertone, esta confusión sobre el IOR, 15 millones de euros... ¿Qué piensa usted? ¿Qué es lo que piensa hacer porque hay contradicciones en este mensaje de la austeridad? Gracias.
El Señor Jesús dijo una vez a sus discípulos −es en el Evangelio− "Es inevitable que haya escándalos”. Somos humanos, pecadores todos. Y habrá. Habrá. El problema es evitar que haya más, ¿no? En la gestión económica, la honestidad y la transparencia. Las dos comisiones, la que ha estudiado el IOR y la comisión que estudió todo el Vaticano, han hecho sus conclusiones, han hecho planes y ahora, con el ministerio, por así decirlo, con la Secretaría de la economía que dirige el cardenal Pell, se llevarán a cabo las reformas que estas comisiones han recomendado. Pero habrá incongruencias, siempre habrá, ¿no? Porque somos humanos, y la reforma debe ser continua. Los Padres de la Iglesia, decían: Ecclesia semper reformanda. Tenemos que estar atentos para reformar cada día la Iglesia, porque somos pecadores, somos débiles y habrá problemas.
La administración que esta Secretaría de la economía lleva adelante, ayudará a evitar los escándalos, problemas... Por ejemplo, en el IOR creo que en este momento se han cerrado... pero, la cifra que me viene a mí es 1.600, pero más o menos, cuentas, ¿no? de personas que no tenían derecho a tener una cuenta en el IOR. El IOR está para ayudar a la Iglesia, tienen derecho los obispos de las diócesis, los trabajadores del Vaticano, sus viudas, viudos para obtener la pensión... Es una cosa así. Pero no tiene derecho otras personas..., las embajadas, mientras dure la embajada, y no más. No es una cosa abierta, ¿no? Y esto es un buen trabajo: cerrar cuentas que no tienen ningún derecho, ¿no? Me gustaría decir una cosa: la pregunta que usted hizo, mencionó que lo de los 15 millones. Pero, es algo que se está estudiando, ¿eh? No está claro esto. Tal vez sea cierto, pero en este momento no es definitivo. Ese problema se está estudiando, ¿no?, para ser justos, ¿no?
Ilze Scamparini de la Rede Globo brasilera, le preguntó al Santo Padre si estaría de acuerdo con la restitución de Jerusalén a Palestina y en qué manera se puede resolver la “cuestión Jerusalén” para obtener una paz estable y duradera.
Hay tantas propuestas sobre la cuestión de Jerusalén. La Iglesia católica, el Vaticano, digamos, tiene su posición desde el punto de vista religioso: será la ciudad de la paz de las tres religiones. Esto desde el punto de vista religioso. Las medidas concretas para la paz deben salir de la negociación. Se debe negociar. Yo estaré de acuerdo en que, de la negociación, quizás salga esta parte: será capital de un Estado, del otro…, pero éstas son hipótesis que ellos deben negociar. De verdad, yo no me siento competente para decir “se haga esto o esto” porque sería una locura de mi parte ¿no?
Pero creo que se deba entrar con honestidad, hermandad, mutua confianza en el camino de la negociación. Y allí se negocia todo: todo el territorio, también las relaciones ¿no? Sirve coraje para hacer esto. Yo rezo tanto al Señor para que estos dos dirigentes, estos dos gobiernos tengan el coraje de ir adelante. Éste es el único camino para la paz. Pero, Jerusalén de una forma u otra… solamente digo lo que la Iglesia debe decir y ha siempre dicho: que Jerusalén sea custodiada como capital de las tres religiones, como referencia, como una ciudad de paz −me venía también la palabra “sagrada”, pero no es justa− sino de paz y religiosa.
Jan-Christoph Kitzler, de la radio pública alemana, le preguntó al Papa, si en su encuentro con el Patriarca Bartolomé, más allá del signo fuerte de la Declaración común y la oración, hablaron de pasos concretos de acercamiento. En particular, el periodista le preguntó al Santo Padre si quizás la Iglesia católica podrá aprender algo de las Iglesias ortodoxas, refiriéndose en lo específico a los sacerdotes casados, una cuestión que interesa a muchos católicos alemanes.
La Iglesia católica tiene sacerdotes casados, ¿no? Los católicos griegos, los católicos coptos, ¿no? Hay sacerdotes casados en el rito oriental. Porque el celibato no es un dogma de fe: es una regla de vida que yo aprecio tanto y creo que es un don para la Iglesia. No siendo un dogma de fe, está siempre la puerta abierta: en este momento no hemos hablado de esto, como programa, al menos en este tiempo. Tenemos cosas más fuertes que emprender. Con Bartolomé este tema no es tocado, porque, de verdad, es secundario en las relaciones con los ortodoxos, en este sentido. Hemos hablado de la unidad: pero la unidad se realiza en el camino, la unidad es un camino.
Nosotros no podemos jamás construir la unidad en un congreso de teología. Y él me dijo que es verdad lo que yo sabía, que Atenágoras le dijo a Pablo VI: “Nosotros vamos juntos, tranquilos y a todos los teólogos los metamos en una isla, para que discutan entre ellos y nosotros caminemos la vida, ¿no? Es verdad, yo pensaba que era… No, no: ¡es verdad! Bartolomé me lo ha dicho en estos días. Caminar juntos, rezar juntos, trabajar juntos en tantas cosas que podemos hacer juntos: ayudarnos juntos. Por ejemplo, con las Iglesias. En Roma y en tantas ciudades, pero aquí en Roma, ¿eh? tantos ortodoxos usan iglesias católicas en un tal horario o en otro, como una ayuda para este caminar juntos, ¿no?
Otra cosa de la que hemos hablado y que quizás en el Concilio pan ortodoxo se haga algo, es la fecha de la Pascua, porque es un poco ridículo: pero dime, ¿tu Cristo cuándo resucita? La próxima semana. El mío ha resucitado la semana pasada. La fecha de la Pascua es un signo de unidad, ¿no? Y con Bartolomé hablamos como hermanos. Nos queremos, hablamos de las dificultades de nuestro gobierno. Y, una cosa de la cual sí hemos hablado bastante es el problema de la ecología: él está muy preocupado −también yo−, hemos hablado mucho de hacer juntos un trabajo conjunto sobre esto problema.
Luego, fue el turno de Shoko Ueda, del Kyodo News de Japón, que preguntó al Santo sobre su próximo viaje a Corea del Sur: Me gustaría saber cuáles son sus planes en favor de las personas que sufren ante la falta de libertad de religión o de la libertad de expresión, en los países vecinos a Corea del Sur, como son Corea del Norte y China.
Respecto a Asia, están programados dos viajes: este de Corea del Sur, para el encuentro con los jóvenes asiáticos y, a continuación, en enero del próximo año, un viaje de dos días a Sri Lanka y después a Filipinas, en la zona que sufrió el impacto del tsunami, ¿no? El problema de la falta de libertad para practicar la religión no es sólo un problema de algunos países asiáticos: en algunos, sí, pero también en otros países del mundo.
La libertad religiosa es una cosa que no todos los países tienen. Algunos tienen un control más o menos ligero, tranquilo; otros adoptan medidas que acaban en una verdadera persecución de los creyentes, ¿no es así? Hay mártires, ¿eh? Hay mártires también hoy: mártires cristianos, ¿eh?, católicos y no católicos, pero mártires, ¿eh? Y en algunos lugares no puede llevar el crucifijo o no se puede tener una Biblia, ¿no? No se puede enseñar el catecismo a los niños: hoy ¿eh? Y yo creo − y creo no equivocarme, ¿eh?− que actualmente hay más mártires que en los primeros tiempos de la Iglesia.
Debemos acercarnos, en algunos lugares con prudencia, para ir a ayudarlos; debemos rezar mucho por estas iglesias que sufren: sufren mucho. E incluso los obispos, y también la Santa Sede trabaja con discreción para ayudar a estos países, a los cristianos de estos países. Pero no es una cosa fácil. Por ejemplo, te digo una cosa. En un país está prohibido rezar juntos, está prohibido. ¡Pero los cristianos que viven allí quieren celebrar la Eucaristía! Y hay un señor, un obrero, que es un sacerdote. Y él se sienta en la mesa con los demás y hacen ver que toman el té y en cambio celebran la Eucaristía. Si llega la policía, esconden rápido los libros y continúan tomando el té. Esto sucede hoy en día. Como ve, no es fácil.
El periodista Fausto Gasparoni de la agencia de noticias Ansa, le preguntó al Papa Francisco: Santidad, Usted afronta en su pontificado una gran cantidad de compromisos y también lo hace de modo muy conciso, como hemos visto en estos días. Si en un futuro lejano, usted sintiera que no tiene más fuerzas para llevar adelante su ministerio, ¿piensa que haría lo mismo que su Predecesor, es decir, que dejaría el pontificado?
Yo haré lo que el Señor me diga que haga: rezar, buscar la voluntad de Dios. Pero yo creo que Benedicto XVI no es un caso único. Sucedió que no tenía las fuerzas y, honestamente, siendo un hombre de fe, tan humilde, tomó esta decisión. Creo que él es una institución: hace 70 años, los obispos eméritos casi no existían. Y ahora hay tantos. ¿Qué sucederá con los Papas eméritos? Creo que debemos verlo a él como a una institución. Él ha abierto una puerta, la puerta de los Papas eméritos. Habrá otros, ¿o no? Dios lo sabe. Pero esta puerta está abierta: yo creo que un Obispo de Roma, un Papa que siente que sus fuerzas decaen −porque ahora se vive tanto tiempo, ¿no?− debe hacerse las mismas preguntas que se planteó el Papa Benedicto.
Entre los periodistas de lengua inglesa, que acompañaron al Papa Francisco en su Peregrinación a Tierra Santa, John Allen, recordó el encuentro del Papa Francisco con algunos supervivientes del Holocausto y, en este marco preguntó sobre la causa relacionada con la beatificación y la figura de Pío XII. Después de canonizar a dos Pontífices −Juan XIII y Juan Pablo II− y de beatificar dentro de poco a Pablo VI, ¿tiene intención de seguir adelante con la causa del Papa Pacelli, o de esperar algún desarrollo en el procedimiento, antes de tomar alguna decisión?
La causa de Pío XII está abierta. Yo me informé: todavía no hay ningún milagro y si no hay milagros no puede avanzar ¿no? Está parada allí. Debemos esperar la realidad, cómo va la realidad de esa causa y luego pensar en las decisiones. Pero la verdad es ésta: no hay ningún milagro y se necesita por lo menos uno para la beatificación. Ésta es la situación actual de la causa de Pío XII. Y yo no puedo pensar ¿lo beatificaré o no?, porque el proceso es lento.
La periodista argentina Elisabetta Piqué le formuló dos preguntas, una sobre el encuentro que se celebrará en el Vaticano después de que el Papa invitara a los presidentes de Palestina e Israel a un encuentro. Y la segunda pregunta hace referencia a la comunión para los católicos divorciados y las personas que se vuelven a casar.
En primer lugar voy a hacer una aclaración sobre este encuentro en el Vaticano: será un encuentro de oración, no será para una mediación o buscar soluciones: no. Nos reuniremos a orar, solamente. Y después cada uno se va a casa. Pero yo creo que la oración es importante y orar juntos sin hacer otras discusiones, esto ayuda, ¿no? Tal vez no he explicado bien esto antes, cómo sería, ¿no? Será un encuentro de oración: habrá un rabino, habrá un musulmán y yo voy a estar allí. Pregunté, sí, creo que puedo decir, le pregunté al Custodio de Tierra Santa para organizar un poco las cosas prácticas... esto.
En segundo lugar, y gracias por la pregunta de los divorciados. El Sínodo será sobre la familia, sobre los problemas de la familia, y las riquezas de la familia, sobre la situación actual de la familia. La exposición preliminar que hizo el cardenal Kasper tuvo cinco capítulos: cuatro sobre la familia, las cosas buenas de la familia, el fundamento teológico, algunos problemas familiares; y el quinto capítulo, el problema pastoral de la separación, la nulidad del matrimonio, los divorciados... En este problema entra aquello de la comunión. Y no me gusta que mucha gente −incluso en la Iglesia, ¿eh?, sacerdotes− dijeron: "Ah, el Sínodo para dar la comunión a los divorciados", y se quedaron ahí. Me sentí como si todo se redujera a una casuística, ¿no? Y no, la cosa es más amplia, ¿no?
Hoy en día todos lo sabemos, la familia está en crisis: es una crisis mundial, ¿eh? Los jóvenes no quieren casarse o no se casan y conviven, el matrimonio está en crisis, y la familia, ¿no? Y yo no querría que cayésemos en esta casuística: se podrá o no se podrá, ¿no? Por esto agradezco tanto esta pregunta, porque me da la oportunidad de aclarar esto. El problema pastoral de la familia es muy, muy amplio, muy amplio. Y se debe estudiar caso por caso, ¿no? Una de las cosas que el Papa Benedicto XVI dijo tres veces sobre los divorciados, me ayuda mucho. Una vez , en Trentino Alto, otra vez en Milán , y el tercero no recuerdo donde, ¡ah, en el Consistorio, el último consistorio público que ha hecho por la creación de cardenales, porque el último era privado: estudiar el procedimientos de la nulidad del matrimonio, porque algunas son [ ... ] o sólo por pocas personas; el estudio de la fe con la que una persona va a la boda y dejar claro que los divorciados no están excomulgados, y muchas veces son tratados como excomulgado, ¿no? Y este es un asunto serio. Pero, esto es la casuística de este problema.
El Sínodo será sobre la familia: las riquezas de la familia, los problemas familiares, las soluciones, la nulidad, todo esto. Y también estará este problema, pero todo junto, ¿no? Ahora me gustaría decirle el porqué de un sínodo sobre la familia: esto ha estado para mí una experiencia espiritual muy fuerte. En el segundo mes de pontificado se me acercó Mons. Eterovic, secretario −entonces− del Sínodo, con los tres temas que el Consejo post-sinodal que proponía para el próximo Sínodo. El primero era muy fuerte, bueno: la contribución de Jesucristo a la gente de hoy. Este era el título. Y en continuación al Sínodo de la evangelización. Le dije que sí, hablamos un poco sobre la reforma de la metodología y al final, me dijo: "Pero, metamos algo más: la contribución de Jesús Cristo al hombre de hoy y a la familia". Pero, está bien.
Después en la primera reunión del Consejo post-sinodal, fui y vi que se decía el título todo completo, pero poco a poco, decía: "Sí, sí, la contribución a la familia", "Qué aporta Jesucristo a la familia", ¿no?, y "éste es el Sínodo sobre la familia" y sin darse cuenta, la comisión post-sinodal ha terminado de hablar acerca de la familia. Estoy seguro de que era el Espíritu del Señor que nos guía hasta la elección de este título: Estoy seguro, ¿eh?, porque de verdad que hoy la familia realmente necesita muchas ayudas pastorales, ¿verdad? No sé, Elizabetta, si así he aclarado un poco. Gracias.
El Padre Lombardi llamó por ultimo a Philippine de Saint Pierre, que es la nueva directora general de la televisión de los católicos franceses, a quien aprovechó también para felicitar por su flamante cargo. Ella, a nombre del grupo de los colegas franceses, preguntó a Francisco ¿cuáles son los obstáculos a su reforma de la Curia Romana, y a qué punto nos encontramos hoy?
El primer obstáculo soy yo… [rie]. No, nos encontramos en un buen punto, porque creo que… no recuerdo la fecha, pero tres meses… sí, tres meses más o menos después de la elección fue nombrado el Consejo de los ocho Cardenales…
Padre Lombardi: “un mes después de la elección…”
… un mes después de la elección. Luego, en los primeros días de julio nos hemos reunido por primera vez y desde ese momento se está trabajando. ¿Qué cosa hace el Consejo? El Consejo estudia toda la Constitución Pastor Bonus y la Curia Romana. Ha hecho consultas con todo el mundo, con toda la Curia y comienza a estudiar algunas cosas. “Esto se puede hacer de esta manera, esto de otra…”. Unir algunos dicasterios, por ejemplo, para aligerar un poco la organización… Uno de los puntos clave fue el económico, y el dicastero de la economía ayudará mucho. Debe trabajar junto con la Secretaría de Estado, porque es un conjunto de cosas, están unidos, se hace todo juntos…
Ahora tenemos, en julio, cuatro días de trabajo con esta comisión, y luego en septiembre, creo, otros cuatro. Se trabaja, se trabaja bastante. Y aun no se ven todos los resultados, pero la parte económica es aquella que primero vino afuera porque había algunos problemas de los que prensa ha escrito suficiente, y debemos verlos. Los obstáculos son aquellos normales de todo el proceso. Estudiar el camino… La persuasión es muy importante. Un trabajo de persuasión, de ayudar… Hay algunas personas que no ven claro, pero toda reforma comporta estas cosas. Yo estoy contento: de verdad, estoy contento. Se ha trabajado tanto y la contribución de esta comisión nos ayuda mucho. Gracias.
Padre Lombardi: “Santidad, vuelvo a intentarlo: es desde hace casi una hora que estamos aquí y dentro de poco empezamos el descenso hacia Roma, por tanto la organización del vuelo me informa que si queremos cenar etc., es mejor que terminemos. Entonces, gracias por Su disponibilidad, me perdone si interrumpo su conversación: Ud. ha sido muy generoso, tanto más después de un viaje extraordinario que nos ha emocionado a todos, no como a Ud., pero casi. Hemos seguido también los momentos de la emoción espiritual que Ud. ha vivido en los Lugares Santos. Lo hemos escuchado y nos ha tocado. Le deseamos continuar bien este viaje y las otras cosas que pone en acción, también en particular el encuentro de oración, que es la continuación natural y el completamiento de este viaje: que pueda tener los frutos que Ud. desea y que, creo, todos deseamos por la paz en el mundo. ¡Gracias, de corazón, Santidad!”
Les agradezco mucho por la compañía, por la benevolencia… y por favor, les pido rezar por mí. Lo necesito ¡bastante! Gracias.
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