Afirmó el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela durante la eucaristía, en Torreciudad, con motivo de la XXIV Jornada Mariana de la Familia
El arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, monseñor Francisco Pérez, presidió ayer la edición número 24 de la Jornada Mariana de la Familia en el santuario de Torreciudad (Huesca), un evento que reunió a cerca de 10.000 personas procedentes de toda la geografía nacional en un ambiente festivo bajo el lema “La familia, formadora de valores humanos y cristianos” dentro de los actos enmarcados en este Año de la Fe que celebra la Iglesia Católica
Vídeo: ">Jornada Mariana de la Familia 2013, en Aragón Tv
Los participantes procedían principalmente de Cataluña, Aragón, Madrid, Valencia y Navarra, comunidad de la que ha venido un numeroso grupo de fieles para acompañar a su arzobispo en la jornada. También han asistido familias andaluzas, murcianas, gallegas, vascas, castellanas y asturianas.
El automóvil particular ha sido el medio de transporte más extendido, aunque bastantes grupos se han desplazado en alguno de los cerca de 100 autobuses que han llegado al santuario, en viajes de dos días organizados por diversos centros educativos, asociaciones juveniles y parroquias. Es el caso de Noé y Lola, que con la pequeña Candela han venido desde Murcia por primera vez y han pernoctado en Monzón, o la familia Barbés Cañal que han venido con sus seis hijos desde Gijón por quinta vez consecutiva y han dormido en Barbastro.
En representación de los participantes, la familia Soteras Escartín, de Zaragoza, ha iniciado los actos del día con la lectura de la Oración de las Familias, a la que ha seguido una colorida ofrenda a la Virgen: centros de flores, alimentos destinados a familias necesitadas, espárragos de Navarra, un jamón de Teruel, imágenes de Santa María, navajas gallegas, aceite y olivas de Andalucía, miel de La Alcarria, unos guantes de portero de fútbol y un brazalete de capitán, un plantón de olivo de Jaén, paños de ganchillo, piezas de cerámica granadina, embutidos de Vic (Barcelona), caramelos artesanales polacos… han sido algunos de los regalos que las familias traían para mostrar el cariño a Nuestra Señora.
Grupos de niñas que van a hacer la Primera Comunión este año han ofrecido también trabajos manuales elaborados por ellas mismas. El Ayuntamiento de Secastilla, municipio al que pertenece Torreciudad, ha traído aceite, vino, uvas y repostería artesanal, mientras que la asociación RedMadre de Granada ha ofrecido una canastilla de recién nacido para el primer bebé que la necesite de la comarca del Somontano de Barbastro.
En la eucaristía al aire libre han cantado los coros de los colegios Miravalles y El Redín de Pamplona, acompañados por la organista titular del santuario, Maite Aranzabal. Durante la homilía, y en referencia a la liturgia del 14 de septiembre que se dedica a la Cruz de Cristo, Mons. Francisco Pérez ha dicho que «amor y dolor son dos medios círculos que unidos forman un anillo de comprensión, misericordia, perdón, fidelidad, generosidad, fecundidad y donación total, y dentro de ese círculo se enmarca la vida de la familia cristiana». También ha recordado que «en la Madre Dolorosa que estaba al pie de la cruz, donde colgaba Jesús, encontramos el más perfecto equilibrio entre el amor y el dolor: María nos enseña a vivir con la cruz de cada día».
En unas declaraciones previas el arzobispo de Pamplona ha querido dar un mensaje de apoyo y solidaridad con las familias que sufren las consecuencias del paro, y ha recordado la ayuda económica callada que realiza Caritas en muchos lugares con familias amenazadas de desahucio. «La Iglesia debe ser solidaria con todos −ha afirmado−, y esforzarse para que nadie quede fuera de la mesa común que es la fraternidad».
En un mensaje enviado por el Papa Francisco, el Pontífice ha exhortado a los presentes «a dejarse guiar siempre por la Virgen María», y ha animado a todos a «colaborar en la construcción de un mundo cada vez más justo, fraterno y solidario, centrado en Dios, que comienza en el seno de cada hogar cristiano».
Al mediodía ha habido varias actuaciones lúdicas y musicales para los más pequeños. La jornada ha concluido con el tradicional ofrecimiento de niños a la Virgen María para pedir su protección, el rezo del Rosario con una plegaria por los parados, la paz en Siria y el comienzo del nuevo curso, y la Bendición con el Santísimo.
Antonio Vidal, concejal del Ayuntamiento de Secastilla, piensa que estas jornadas son «una buena forma de que gente de fuera conozca el territorio, aunque para el pueblo nos hace falta una buena comunicación por carretera con el santuario». Por su parte, Joaquín Vidal, alcalde-concejal de Ubiergo, opina que «este flujo de personas supone una importante fuente de ingresos para los pequeños negocios que existen en esta zona». De hecho, la Asociación de Empresarios de Barbastro y la Hostería El Tozal han organizado un Mercado Artesanal en los jardines de este establecimiento hotelero para ofrecer a los asistentes productos típicos del Alto Aragón.
En la organización del evento han colaborado más de 150 voluntarios ofreciendo su ayuda en los aparcamientos y accesos al santuario, en la guardería, en la información a los peregrinos, en la distribución de folletos y sillas y en el parque infantil. Varios sacerdotes han atendido a lo largo del día los confesonarios repartidos por distintas zonas del recinto. El desarrollo de la jornada también ha podido seguirse a través de internet.