Un proyecto para educar la creatividad en la vida ordinaria
“La casa debe ser el estuche de la vida, la máquina de la felicidad” (Le Corbusier)
“Una buena sardina es mejor que una mala langosta” (Ferran Adriá, cocinero)
“La belleza huye de modas pasajeras: las maravillas de la vida diaria son apasionantes” (Robert Diosneau, fotógrafo)
“Las almas grandes tienen muy en cuenta las cosas pequeñas” (San Josemaría, Camino, n. 818)
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Cocina, tratamiento de textiles, protocolo, decoración de interiores… son sólo algunas de las pruebas que han tenido que superar las participantes en la tercera edición de ‘Art of Living’, un concurso para adolescentes organizado por el Centro de Convenciones y Conferencias La Lloma, en Rafelbunyol (Valencia).
Todo está enfocado a que durante tres días, las participantes desplieguen su creatividad en las destrezas más cotidianas, como hacer un bizcocho o iluminar una habitación. Pero detrás de este sencillo concurso hay una audaz filosofía: «Si no sabes disfrutar con las cosas pequeñas, muchas cosas de la vida se te van a escapar», explica Patricia Saun, chef y organizadora del concurso. En Art of Living están convencidos que ésta es la clave de la felicidad y por eso quieren lanzar al público más joven el reto de aprender a convertir lo cotidiano en un arte, poniendo a prueba el ingenio de los participantes.
Un jurado compuesto por profesionales del sector hostelero, chefs y artistas de distintas disciplinas, estudian y observan la elaboración, el trabajo en equipo y los distintos resultados. Las jornadas en Valencia son la recta final de una cuidada preparación que las concursantes han ido trabajando a lo largo del curso en sus distintas ciudades, en la sede de diversas asociaciones juveniles de Murcia, Alicante, Valencia, Alicante, Jaén o Granada.
En la presente edición, la asociación Aspe de Alicante fue la galardonada. El equipo preparado por La LLoma quedó en el segundo puesto y la Asociación Rondella, de Murcia, obtuvo el tercer premio.