Todos los días un mensaje breve e incisivo, y por ahora ya son más de 7 millones de seguidores
Comunicar el Evangelio en el lenguaje simplificado de los medios
«El Papa Francisco se ha aficionado a ‘Twitter’. Todos los días publica en su cuenta @Pontifex_esun mensaje breve e incisivo, en inglés, español, italiano, francés, portugués, polaco, árabe y latín. La respuesta ante esta nueva estrella de la red social es sorprendente y aumenta cada día. Por ahora ya son más de 7 millones de seguidores.
¿Es posible transmitir un mensaje serio dentro de los límites de 140 caracteres? Al principio, muchos lo dudaron. Pensaban que este medio estaba destinado exclusivamente al intercambio de frases simples, breves, insustanciales, entre gente joven: “hoy me he levantado con sueño”, “disfrutando de una canción de Michael Jackson”, etc. La experiencia desmiente ese prejuicio. Es posible transmitir mensajes ricos de contenido en 140 caracteres. Y, además, esto no constituye una novedad en el mundo de la comunicación.
Se ha dicho que el éxito de los mensajes cortos, típicos de la publicidad y de los slogans, es debido a la falta habitual de concentración de un público muy amplio, a la carencia de capacidad crítica, a la prisa y a la irreflexión instalada en un cierto modo de vivir. Esto es cierto, pero sólo hasta cierto punto.
En el mundo antiguo la comunicación fue, básicamente, oral. Pensemos en el pueblo judío y en el esfuerzo por conservar una identidad religiosa y cultural a pesar de continuos avatares históricos adversos. En tiempos de Esdras y Nehemías los textos sagrados y una tradición oral muy rica permitieron al pueblo judío recuperar su identidad religiosa y renacer como nación después de varias generaciones fuera de juego. A partir de entonces (estamos en el siglo V antes de Cristo) la trasmisión del mensaje religioso se basa en la Escritura y en una enseñanza oral y memorística.
Para conservar en la memoria toda una sabiduría de origen ciertamente divino (a través de profetas y autores sagrados) se requieren ciertas técnicas del lenguaje. La Sabiduría se condensa en proverbios, en refranes, en dichos, en sentencias. Hay técnicas en las escuelas rabínicas que ayudan a fijar en la memoria enunciados breves: el ritmo de la frase, los contrastes de imágenes, la musicalidad, la asociación de fonemas.
Y llegamos a Jesús, el Maestro por excelencia de todo el género humano, la Sabiduría encarnada. ¿Cómo hablaba Jesús? Ciertamente de una manera sencilla, directa, iluminando los corazones, discerniendo los pensamientos más íntimos del oyente. Los Evangelios fueron compuestos a base de “hechos” y “dichos” de Jesús conservados en la Iglesia primitiva. Se trata de un lenguaje sintético de gran belleza y eficacia a pesar de que hay por medio varias traducciones: Yo soy el Camino, la Verdad y la vida; El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán; Si el grano de trigo no muere permanece infecundo, pero si muere dará mucho fruto; Si alguno quiere seguirme, niéguese a sí mismo tome su Cruz y sígame; Convertíos porque el Reino está cerca.
Resulta asombroso, pero la verdad es que un gran número de versículos del Evangelio tienen menos de 140 caracteres. Se podrían editar los 4 Evangelios en Twitter a base de mensajes cortos. Asombroso.
Estas consideraciones nos llevan a revisar muchos prejuicios. Llevamos años acostumbrados a una especie de lenguaje eclesiástico ampuloso y aburrido. Hay ocasiones en que no hay una adecuación entre el modo de comunicar de la Iglesia y los hábitos receptivos del gran público. Algunos comunicados oficiales han pretendido aclarar alguna confusión en la opinión pública y, más bien, han aumentado la confusión. Es verdad que la técnica de los titulares en los medios consiste en resumir en pocas palabras lo que, a continuación, se expone con más detalles. También es verdad que algunos medios titulan de un modo tendencioso, En todo caso hay una mayoría del público que sólo lee los titulares.
¿Cómo comunicar el Evangelio en el lenguaje simplificado de los medios? Este es uno de retos de la Nueva Evangelización, pero no el único ni el más importante. El Magisterio de la Iglesia requiere el formato clásico de las Encíclicas, las Exhortaciones Apostólicas, las Cartas Pastorales y otras modalidades de documento. Los libros de teología necesitan un lenguaje donde quepan los matices, el aparato crítico. Un artículo como éste que he escrito no entra en el molde Twitter.
El Papa Francisco está abriendo caminos. En el Evangelio hay consignas muy claras: lo que habéis oído en lo escondido predicadlo desde los tejados; salid a las encrucijadas.
¿Cuáles son los tejados, cuáles las encrucijadas de este mundo, especialmente entre la joven más joven? Juan Pablo II usaba con frecuencia la expresión los areópagos modernos. La idea de fondo es la misma: allí donde se encuentren los cuerpos se congregarán las águilas.
Como dice el Papa Francisco en un tweet: Pidamos al Señor, en este Año de la fe, que la Iglesia sea cada vez más una verdadera familia que lleva el amor de Dios a todos. También en Twitter.