Me han interesado mucho las noticias y reportajes sobre la preparación de Pentecostés en Francia<br /><br />
ReligionConfidencial.com
Las noticias y reportajes sobre la preparación de Pentecostés me parece un signo importante de la vitalidad de los católicos, extendida por toda Francia
Me llamó la atención un titular de La Vanguardia, en su edición digital en castellano: “La mejora del tiempo facilita la 'operación salida' de la segunda Pascua”. Por mucho que Cataluña esté más secularizada que el conjunto de España, conserva la tradición de Pentecostés, aunque convertida en tiempo de vacación más que de profundización en sus raíces cristianas: no en balde, el nervio de la Renaixença fue protagonizado por figuras católicas, desde mosén Xintu hasta el Honorable Prat de la Riba, primer presidente de la Mancomunitat, que daría paso pronto a la Generalitat de Catalunya.
En ese contexto, me han interesado mucho las noticias y reportajes del viejo diario parisino La Croix sobre la preparación de Pentecostés en Francia. Muestra la importancia que se da a la reiteración de ese acontecimiento fundacional de la Iglesia. Ciertamente, contrasta con la tradición popular española que, paradójicamente, ha dejado tan en segundo plano esta fiesta, como la devoción al propio Espíritu Santo, que grandes santos de nuestro tiempo se refirieron a Él como “el gran Desconocido”.
Lo cierto es que crece en el país vecino la preparación y la celebración de Pentecostés. Sigue siendo momento de confirmaciones, con especial atención a los adultos. Y cada vez son más las diócesis y parroquias que organizan ciclos previos, novenas y vigilias para conmemorar esta decisiva solemnidad.
Ante todo, esas iniciativas, según expresan en La Croix testimonios personales, contribuyen a alimentar la espiritualidad interior, así como a mejorar la expresión de la fe en el propio ambiente. Una mujer cuenta cómo la asistencia a un ciclo preparatorio le ha servido para "estar disponible para acoger al Espíritu Santo", y para entrar en un camino de fe "más personal".
De este modo, muchos católicos han redescubierto estos últimos años el significado de Pentecostés. Frente al relativo olvido de la fiesta, un sacerdote comenta que confía «mucho en esta renovada efusión del Espíritu recibido en nuestro bautismo para vivificar nuestras parroquias».
El tiempo que precede a Pentecostés suele dedicarse a preparar la confirmación de los jóvenes. «Hoy, muchos adultos, que son a veces cristianos aislados, descubren también que el Espíritu Santo es un gran apoyo para hacer crecer su fe», subraya Mons. Jean-Claude Boulanger, obispo de Bayeux y Lisieux , co-autor de La force de l’Esprit viendra sur vous. Y el prelado de Montauban, Mons., Bernard Ginoux, insiste en que «todos los bautizados deben redescubrir el lugar del Espíritu Santo en su vida».
Dentro de la preparación para Pentecostés, en Nanterre (Hauts-de-Seine), los feligreses recibieron, por primera vez, un libro de oraciones, del que se imprimieron 20.000 ejemplares. Se les invitó a rezar durante nueve días por las intenciones de la diócesis, entre otras, “para que los cristianos y los musulmanes de Hauts-de-Seine se estimen y se respeten". No faltaba la clásica plegaria por las autoridades civiles, sin olvidar al Presidente de la República, originario de ese departamento.
En algunas diócesis, se ha insistido mucho en la oración por la unidad de los cristianos. Y el obispo de Rennes ha llegado a establecer un "Año del Espíritu Santo", que comenzará en septiembre próximo y culminará en una gran Pentecostés diocesana en 2012. Uno de los objetivos es proponer a los adultos bautizados, no confirmados aún, que reciban el sacramento de la Confirmación juntos en la próxima fiesta de Pentecostés.
Por otra parte, el fin de semana de Pentecostés es tiempo de diversos actos colectivos. La Croix recuerda algunos, como “Familia en Fiestas", de la diócesis de Bayona, en Nuestra Señora del Refugio de Anglet; “El don del Espíritu Santo en familia", en Avignon; "Pentecostés 2011" en el estadio de Valenciennes de la diócesis de Cambrai; la instalación de la “ciudad de los siete dones del Espíritu Santo” en el bosque de Montgeon, diócesis de Le Havre; o, en fin, las “24 horas de oración de Le Mans”, del viernes al sábado. Las numerosas peregrinaciones diocesanas y asambleas de gente joven, se unen a la actividad de movimientos apostólicos, como el de Renovación Carismática, más activo lógicamente estos días de Pentecostés.
Alguno pensará que todo esto no es nada comparado con el Rocío. Pero, aparte de que las comparaciones son odiosas, lo he contado porque me parece un signo importante de la vitalidad de los católicos, extendida por toda Francia. Y siempre se puede aprender.