Crónica de la Audiencia General del Santo Padre el miércoles santo en la Plaza de San Pedro
Si el domingo de Ramos el Papa habló de alegría, la palabra más repetida en la Audiencia de hoy fue “coraje”, que en italiano, con acento porteño −“coraggio”– suena muy bien. Coraje para seguir a Cristo, para ayudar a los demás, para entender la lógica de la Cruz
Ambiente festivo para la primera audiencia del nuevo Papa Francisco. Un sol radiante, después de la intensa lluvia que acompañó la jornada anterior, público abundante (como está siendo constante en los actos del recién estrenado Pontífice), muchas banderas y miles de jóvenes. Porque, como también viene siendo habitual desde hace años, centenares de universitarios participantes en el Encuentro Internacional del UNIV estuvieron presentes en la plaza de San Pedro para escuchar las palabras del Papa y demostrarle su afecto.
“Nos tenés en tu equipo, Papa Francisco”
El Papa hizo un largo y pausado recorrido por la plaza de San Pedro. Un grupo de universitarias españolas, residentes del Colegio Mayor Somosierra de Madrid, pudieron darle una camiseta con un expresivo lema “Nos tenés en tu equipo, Papa Francisco”. El Papa se paró en el papamóvil, leyó el lema sonrió y lanzó un expresivo gesto de “OK”. María Mateos, estudiante de Publicidad y decana del Colegio Mayor, explica cómo se les ocurrió la idea: «sabíamos que al Papa le encanta el fútbol y nos gusta pensar en la Iglesia como en un equipo en el que participamos todos».
El Papa Francisco comenzó la audiencia mencionando a su predecesor Benedicto XVI y su deseo de continuar la catequesis sobre la fe y aprovechó su intervención para explicar el sentido de la Semana Santa. Con un ritmo ágil y un estilo directo, Francisco recordó el sentido de la Pasión de Cristo −«cada uno podría decir me ha amado y ha muerto por mí... por mí» repetía el Papa con fuerza− y cómo el cristiano tiene que salir de sí mismo y acudir al encuentro de los demás para brindarles la alegría y la luz de la fe. Si el domingo de Ramos el Papa habló de alegría, la palabra más repetida en la Audiencia de hoy fue “coraje”, que en italiano, con acento porteño −“coraggio”– suena muy bien. Coraje para seguir a Cristo, para ayudar a los demás, para entender la lógica de la Cruz.
Al finalizar su discurso, el Papa Francisco fue saludando en italiano a los peregrinos de los diferentes países. Se detuvo de una manera especial con los participantes del encuentro UNIV a los que agradeció su oración y afecto y a los que recordó, con palabras de San Josemaría Escrivá, que en la universidad y en medio de las circunstancias cotidianas pueden servir a Dios y a todos los hombres.
Hasta bien pasadas las doce de la mañana no se fue el Papa de la plaza. «Este Papa parece andaluz, no tiene prisa −afirmaba Marta, una estudiante sevillana de Derecho que participa en el UNIV− se para con todo el mundo». Y así fue: el Papa quiso saludar con calma a los jóvenes, niños y enfermos que estaban cerca de la tribuna. A cada uno le pidió oraciones por su ministerio. Al final de la audiencia, una veterana corresponsal del Vaticano afirmaba con humor que el personal de protocolo y seguridad lo iba a tener difícil con el Papa: «no recuerdo una audiencia tan larga... Y no por el discurso, sino por los saludos». Ajeno a las prisas, Francisco seguía saludando, sonriendo y bendiciendo. Con calma... y energía. Otra vez el “coraggio”.