Leer algunos titulares hace pensar que hay todavía mucho espacio para mejorarla
laiglesiaenlaprensa.com
La información sobre la renuncia del Papa y el próximo conclave podría ser una buena ocasión para dejar de lado algunos ‘tics’ típicos de cierto modo de enfocar la información sobre la Iglesia católica
En efecto, leer titulares como “El Papa deja el Vaticano en medio de luchas de poder y traiciones”, hace pensar que hay todavía mucho espacio para la mejora. Temo que se está creando una narrativa sobre el tema que está muy lejos de la realidad. Aquí van varias sugerencias, algunas más de fondo, otras más circunstanciales.
1. “La clave de lo que ocurre en el Vaticano son las luchas de poder”. Es un marco interpretativo clásico, reforzado por el caso “Vatileaks”. En realidad, si se lee lo publicado en esos documentos filtrados, las luchas de poder son bastante modestas. En ocasiones no llegan siquiera a la categoría de “pique” o resquemor. Ciertamente, en la Iglesia hay diferentes puntos de vista y diversidad de criterios (lo que se llama pluralismo). Pero, por lo general, esas divergencias se expresan y manifiestan con mucho más garbo que en otros lados. Naturalmente, en todas las instituciones hay gente ambiciosa, pero usar la clave “poder” para analizar la vida de la Iglesia es un error de enfoque periodístico.
2. La fe y la gracia de Dios tienen algo que ver con la vida de la Iglesia. Si se prescinde absolutamente de esa dimensión, se acaba por no entender la lógica de la institución, y la vida de muchas personas que han entregado todo por amor. Desde luego, no es preciso hacer referencia constante a ello, pero sí tenerlo al menos en el horizonte. Ignorarlo sería como olvidar América al hablar de Cristóbal Colón.
3. “La Iglesia está en crisis (la renuncia del Papa es un paso más)”. Se podría decir que siempre está en crisis. La Iglesia −como la sociedad en general− se enfrenta hoy con graves problemas, pero la renuncia del Papa no es precisamente una expresión de crisis sino de salud: el Papa renuncia (por primera vez en la historia) y no ocurre nada trágico. Se diría incluso que con su renuncia, ha transmitido vigor espiritual a la Iglesia y ha alzado el punto de mira de cara a la elección del nuevo Papa.
4. "La Iglesia debe cambiar lo relacionado con la sexualidad para sobrevivir". La situación actual presenta a la Iglesia muchos desafíos. Discernir lo que hay que adaptar a los tiempos y lo que es permanente es una de las tareas del Papa y los obispos. Durante la historia han tenido muchas ocasiones de ponerse a favor del viento, pero no lo hicieron (vientos que hoy nos parecerían ridículos). En todo caso, pensar que cambiar la doctrina sobre la sexualidad es garantía de éxito incluye un error empírico: varias confesiones cristianas lo han hecho, y hoy son (tristemente) irrelevantes.