Bienvenido el ingenio si, tomando la parte por el todo, lo dicho por el Papa sirve a algunos para convertir al negro Joel Campbell, del Betis –qué golazo el suyo ante el Dépor– en el mago Baltasar
El titular más largo suele ser el más plano: «Primero fue quitar la mula y el buey del portal de Belén y, ahora, ponerle acento andaluz a los Reyes Magos». En su afán de reducirlo todo al absurdo, hay quienes parecen disfrutar estos días sacando punta a La infancia de Jesús, el último libro de Benedicto XVI.
Por las redes sociales circulan jocosos comentarios; muchos derrochan ingenio y sirven de bálsamo a una crisis en la que se agradece una sonrisa. No molestan; todo lo contrario. Otros, sin embargo, reinterpretan al Papa con el ánimo expreso de caricaturizar su obra, tal vez por su incapacidad para ir más allá del trazo gordo y la chanza. Reducir el misterio del nacimiento de Cristo a la composición de las figuras de un Belén es como pretender convertir la fe en barro.
El Papa ha escrito: «El pesebre hace pensar en los animales, pero en el Evangelio no se habla en este caso de animales». Para algunos, Benedicto XVI ha proscrito en este breve párrafo a la mula y el buey. Pura distorsión, porque en el Belén del Papa no sobra nadie: si el Niño Jesús es señal de esperanza, les recomiendo lo llenen este año de parados, figuritas de gente iluminada bajo una inmensa estrella de Oriente, con ángeles, pastores, la mula, el buey, un rio de plata y un pozo grande. Y si me apuran, muchos Reyes Magos, símbolo de las ilusiones y anhelos de un país triturado. Rizando el rizo, los de los titulares largos y planos dicen que el Papa asegura en su libro que «Melchor, Gaspar y Baltasar eran de Andalucía».
Benedicto XVI ha escrito: «La promesa contenida en los textos extiende la proveniencia de los Magos hasta el extremo Occidente (Tarsis, Tartessos en España), pero la tradición ha desarrollado ulteriormente este anuncio de universalidad de los reinos de aquellos soberanos interpretándolos como reyes de los tres continentes entonces conocidos: África, Asia y Europa».
Bienvenido el ingenio si, tomando la parte por el todo, lo dicho por el Papa sirve a algunos para convertir al negro del Betis Campbell —" target="_blank">qué golazo el suyo ante el Dépor— en el mago Baltasar. Y a los malintencionados, Feliz Navidad. Yo pondré un Nacimiento completo: el Niño, la Virgen, San José, los Reyes, el buey, la mula y —junto a Jesús envuelto en pañales, que es la más hermosa expresión de pobreza— un cartel con el lema: “Ayúdanos, Señor, la fe no es barro”.