Monseñor Mariano Fazio (Buenos Aires, 1960) es el vicario auxiliar del Opus Dei, el número 2 del Opus Dei para entendernos.
Ha pasado unos días muy activos en Valencia y Castellón. Ha mantenido reuniones, ha impartido clases y ha presentado su libro Contracorriente... hacia la libertad. Historiador, filósofo, profesor, escritor: tiene intereses culturales variados. Rector de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz (Roma), y antes decano de su Facultad de Comunicación, ocupa altos cargos de gobierno en el Opus Dei desde 2008: desde 2019 es vicario auxiliar, y trabaja junto al prelado del Opus Dei, monseñor Fernando Ocáriz, en Roma dirigiendo el Opus Dei.
Asistí al coloquio que mantuvo en el colegio Miralvent, en Betxí, con 150 personas, el pasado 15 de julio. Fue contestando a las preguntas que se le formularon, y lo hizo con agilidad, simpatía y conectando desde el principio con los asistentes. El Opus Dei interesa y la figura de Fazio es atractiva por su trayectoria cultural y por su modo de comunicar acerca del Opus Dei, y también de la Iglesia en general. Simultaneó ideas de calado con anécdotas ilustrativas, a lo largo de una hora, que se hizo corta. A la fácil excusa de que los padres no tienen tiempo para implicarse en la educación de sus hijos, Fazio salió al encuentro con castizo «se tiene tiempo para lo que se quiere». Mariano Fazio armoniza el aliento y la exigencia con maestría.
Por su cargo y por ser argentino, habló del Papa Francisco, al que trató de cerca durante años en Buenos Aires, y ahora en Roma en otras circunstancias. Si tuviera que destacar dos ideas de ese coloquio en Miralvent, me quedo con las palabras de Fazio fomentando la esperanza de los católicos -siendo muy realista ante la creciente descristianización de muchos países, como es el caso de España-, y su petición de estar unido a la Iglesia y al Papa, «sea quien sea, ahora el Papa Francisco», porque ya hay muchos que «echan leña al fuego». Con sus conocimientos de Historia, Fazio hizo un breve y ameno recorrido de diversos Papas, hechos y tensiones en la Iglesia, para destacar que ha habido tiempos peores.
Fazio tiene hondura intelectual y dotes de comunicador. Llega a lectores y oyentes, espolea, remueve. Defiende la libertad y el pluralismo. Tiene empuje. Ama la transparencia, tiene empatía y arriesga. Defiende lo esencial y, a la vez, es amante de adaptarse a la realidad cambiante. Un intelectual con evidentes cualidades de gobierno: gobernar no es agitación ni mera acción, es posible hacerlo pensando.