Las organizaciones transitan distintas etapas a lo largo del tiempo. Crecimiento sostenido; cambios en la naturaleza de su misión; incorporación de otras actividades complementarias; incluso la contracción son algunas de las realidades que requieren nuevas capacidades para seguir apostando a la permanencia de las mismas en los mercados donde hacen vida. Ello significa la necesidad de delinear políticas de gestión de recursos humanos que establezcan las pautas que regirán los temas fundamentales de la gestión del personal.
Cuando no se cuenta con tales políticas, y sobre todo cuando el crecimiento y la incorporación de nuevos colaboradores demanda procedimientos que sirvan de guía, los supervisores y los responsables de atender al recurso humano, podrían gestionar de manera reactiva lo que supone dar respuestas, no siempre claras y coherentes. Un riesgo innecesario que puede incluso enrarecer el clima organizacional.
El establecimiento de políticas de gestión de recursos humanos debe incluir todos los procesos claves, siendo ellos: la captación; sueldos y salarios; ascensos; planes de carrera y desarrollo; bienestar entre otros. Sin embargo, suele suceder que luego de hacer el esfuerzo por su definición, los manuales reposan en los archivos perdiendo su credibilidad. Ello sucede porque no se les aplica de manera efectiva, o porque no se revisan para ser ajustados a realidades siempre cambiantes.
Sumado a lo anterior, las políticas que no son comunicadas a los supervisores y líderes, terminan siendo palabra muerta dando paso a la “discrecionalidad” del que debe atender a su equipo de trabajo En tal escenario, por falta de lineamientos claros, no solo se dificultan las decisiones, sino que puede traducirse en respuestas a destiempo, poco claras e incluso preferenciales. Sin duda, además de confundir al personal, implica escenarios en los que el conflicto puede ser el resultante.
Lo antes señalado muestra la necesidad e importancia de contar con Políticas de Gestión de Recursos Humanos que establezcan la plataforma y guía necesaria para la toma de decisiones. Su oportuna comunicación y revisión garantiza una gestión que favorece la construcción de un clima laboral que se traducirá en fortaleza.