Recorrido histórico de los lugares fundamentales relacionados con la fundación del Opus Dei.
Por medio de esta calle se llega hasta la Plaza de la Paja, también en cuesta. En lo alto de la Plaza de la Paja están las escalinatas por las que se accede a la Capilla de Santa María y de San Juan de Letrán, conocida como la Capilla del Obispo.
Fundó esta capilla don Francisco de Vargas, Consejero de los Reyes Católicos.
La construyó para albergar los restos de San Isidro, que estaban en la iglesia de San Andrés. El Santo Labrador había trabajado en Madrid, siglos atrás, como criado de Iván de Vargas, antepasado de Francisco de Vargas.
En 1518, una vez concluida la capilla, se trasladaron allí los restos de San Isidro. Pero los sacerdotes de la contigua iglesia de San Andrés interpusieron un pleito y en 1544 lograron que las reliquias del Santo regresaran a su antigua sede.
La capilla quedó sin uso durante un tiempo, hasta que don Gutiérrez de Vargas y Carvajal, obispo de Plasencia, hijo de don Francisco de Vargas y de Inés de Carvajal, la convirtió en capilla funeraria de su familia.
Allí están enterrados el obispo y sus padres. Desde entonces fue conocida como “la capilla del Obispo”. Es un extraordinario conjunto de estilo renacentista.
Desde entonces quedó tapiada la puerta que comunicaba esta capilla con la iglesia de San Andrés. Ese aislamiento la salvó de la quema de iglesias de 1936, en la que ardieron por completo la iglesia de San Andrés, con la capilla de San Isidro.
El 13 y 14 de junio de 1930 el Fundador del Opus Dei estuvo predicando en la Capilla del Obispo, ante un público compuesto por un buen número de obreros y trabajadores.
Escribió el Fundador el 15 de junio de 1930 en sus Apuntes íntimos:
Hace un par de días -13 de junio- presencié cómo, en la Capilla del Obispo, un joven abogado hablaba de religión a unos cientos de obreros. Cayó muy bien. Tuve gran alegría. Eso será (aunque no en lugar sagrado) y algo más...
Comentaba Álvaro del Portillo, que el Fundador le había relatado en varias ocasiones que durante esos momentos "estaba muy emocionado, y que para vencer su emoción se agarró fuertemente con las manos a la reja de la barandilla, y en esta postura predicó con todo su ardor a muchos obreros".
Poco después de aquella predicación, en los comienzos del Opus Dei, escribiría el Fundador: “hay también en la Obra, algunos pequeños empleados y artesanos”.
Subiendo por el costado de la iglesia de San Andrés se llega hasta la calle Mancebos, que conocía bien san Josemaría por haber atendido allí a varios enfemos.
Según Répide el nombre alude a los dos mancebos que tiraron desde la torre del palacio episcopal de Valencia la teja que mató al rey Enrique I, y que fueron degollados en este lugar.
Desde la calle Mancebos se llega, bajando por la calle de la Morería,hasta la Plaza de la Morería muy cercana a la Plaza del Alamillo, donde san Josemaría ejerció su labor sacerdotal atendiendo a una anciana que residía en esta calle.
Répide considera digna de crédito la tradición que sostiene que el nombre de esta calle proviene del Tribunal árabe, llamado alamín. y sitúa aquí la plaza donde el Cid alanceó un toro en la fiesta de Aliatar, que cantó Nicolas Fernández de Moratín en sus quintillas famosas
“Fiesta de Toros en Madrid”:
Madrid, castillo famoso
que el rey moro alivia el miedo,
arde en fiestas en su coso
por ser el natal dichoso
de Alimenón de Toledo.
Su bravo alcalde Aliatar
de la hermosa Zaida amante
Las ordena celebrar
por si le puede ablandar
el corazón de diamante.
Por la calle Alamillo se llega, cruzando la calle de Segovia (dejando a la derecha la Costanilla de San Andrés), hasta la Plaza de la Cruz Verde.
Desde esta Plaza de la Cruz Verde, subiendo primero por la calle de la Villa, y luego por el Pretil de los Consejos, se llega hasta la Iglesia Catedral Castrense.
Tras la visita a esta iglesia se llega de nuevo, por la calle Bailén hasta la Cuesta de la Vega, donde concluye esta quinta etapa.
Redacción en opusdei.org/es-es
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