“La gran revolución del mundo consistirá, quizá, en que el hombre y la mujer, liberados de todos los sentimientos erróneos y de todas las desganas, no se buscarán como opuestos sino como hermanos y vecinos, y se realizarán juntos como personas”
Esta semana hemos tenido el placer y el honor de contar con Isabel Sánchez, Secretaria Central del Opus Dei, en nuestro I-WiL Online de diciembre. Isabel ha presentado su reciente libro, Mujeres Brújula en un Bosque de Retos.
Aunque al final de este post podéis ver el vídeo de la sesión íntegra, quisiera resaltar algunas de sus palabras. En este mundo de individualismo y sentimentalismo centrado en uno mismo y en el instante presente, Isabel recordó la célebre frase de Emerson, «ve donde no hay camino y deja huella«. La primera huella será siempre la que deje cada uno de nosotros si estamos ennortados, si nuestra brújula está orientada al norte y sirve de guía a los que nos rodean. La segunda huella será contribuir a que llegue la sociedad de los cuidados, aprender a contar con las debilidades de nuestros semejantes, más ancianos, más solos, más desvalidos que nunca.
Durante la sesión, Isabel cuenta el proceso de gestación del libro, y nos abre el apetito para leer más, ofreciéndonos tan solo tres de las casi 80 historias de mujeres-brújula: Tiziana, Carla, Kike. Al final, algunas de las asistentes, conectadas desde diversos continentes, empezaron el turno de preguntas. Isabel contestó preguntas sobre solidaridad (saber distinguir entre la que causa un bien de la que causa un mal, y que tener buenos sentimientos no nos hace buenos); sobre los amores que nos impulsan, si amamos más la propia libertad (mejor dicho, libertinaje) que nos satisface hoy, ahora, y que rompe los vínculos verdaderos, o nos comprometemos de verdad con lo único que nos hace grandes, las relaciones comprometidas, donde hay esfuerzo, sí, y paciencia. También nos dijo que nuestras hijas necesitan de madres (y padres) que las hayan cuidado con generosidad, fidelidad, disponibilidad, para que ellas sean también algún día mujeres brújula en la nueva generación.
A las mujeres del IESE nos recordó nuestra doble misión de amor a la libertad y a la responsabilidad personal, y el compromiso con la persona y su valor singular, cuidándola sea como sea. Porque entendemos el paradigma del cuidado, como ya intuyó el inspirador del IESE, San Josemaría Escrivá de Balaguer, como el paradigma de todos los trabajos.
Terminó su presentación con esta hermosísima frase de Rilke:
La gran revolución del mundo consistirá, quizá, en que el hombre y la mujer, liberados de todos los sentimientos erróneos y de todas las desganas, no se buscarán como opuestos sino como hermanos y vecinos, y se realizarán juntos como personas.
Es la propuesta de un feminismo que no es nuevo, pero sí el único posible: hombre y mujer de la mano, en un feminismo sinérgico desde las diferencias, donde 2+2 son 5.