Durante la audiencia general del miércoles, el Papa recordó su reciente viaje al Líbano, «una experiencia de respeto recíproco, de comprensión y de fraternidad». Benedicto XVI dijo que está profundamente conmovido por la fe de las personas de ese país. Sobre las recientes tensiones entre cristianos y musulmanes, el Papa destacó la necesidad de celebrar la «victoria del amor sobre el odio y la del perdón sobre la venganza»:
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy deseo hablarles de mi viaje apostólico al Líbano en el que firmé y entregué la Exhortación apostólica post-sinodal Ecclesia in Medio Oriente, y donde he tenido ocasión de encontrarme con una multitud de creyentes, no solo de aquel país, sino también de todo el Oriente Medio, para reflexionar, dialogar y, sobre todo, orar juntos.
Han sido unos días vividos con entusiasmo y en un clima sereno y constructivo, una experiencia de respeto reciproco, de comprensión y de fraternidad, que constituye un fuerte signo de confianza para toda la humanidad. Doy gracias al Señor por este don precioso, que da esperanza para el futuro de la Iglesia en ese territorio: jóvenes, adultos y familias animadas por un gran deseo de arraigar sus vidas en Cristo, permanecer en el Evangelio y caminar juntos en la Iglesia. Estoy convencido de que el pueblo libanés, en su diversidad, pero bien amalgamada composición religiosa y social, sabrá testimoniar con nuevo impulso la verdadera paz, que nace de la confianza en Dios. A todos les he asegurado que la Iglesia universal les está particularmente cercana con el afecto y la oración.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos venidos de España, México, Colombia, Venezuela, Argentina, y otros países latinoamericanos. Invito a todos a dar gracias al Señor que me ha concedido vivir esta visita apostólica. Confiemos a la materna intercesión de María los propósitos de bien y las justas aspiraciones de todo el Oriente Medio.