Publicamos a continuación la carta que el cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, ha enviado a los presidentes de las Conferencias Episcopales sobre las invocaciones "Mater misericordiae", "Mater spei", y "Solacium migrantium" para ser incluidas en las Letanías Lauretanas:
Vaticano, 20 de junio de 2020 Memoria del Corazón Inmaculado de la Virgen María
Eminencia/Excelencia:
Peregrina hacia la Santa Jerusalén del cielo, para gozar de la inseparable comunión con Cristo, su Esposo y Salvador, la Iglesia recorre los caminos de la historia encomendándose a Aquella que creyó en la palabra del Señor. Sabemos por el Evangelio que los discípulos de Jesús aprendieron, desde el principio, a alabar a la “bendita entre las mujeres” y a contar con su intercesión maternal. Son innumerables los títulos e invocaciones que la piedad cristiana, a lo largo de los siglos, ha dedicado a la Virgen María, camino privilegiado y seguro para el encuentro con Cristo. También en el tiempo presente, atravesado por motivos de incertidumbre y desconcierto, el recurso devoto a Ella, lleno de afecto y confianza, es particularmente sentido por el pueblo de Dios.
Como intérprete de este sentimiento, el Sumo Pontífice Francisco, acogiendo los deseos expresados, ha dispuesto que en el formulario de las letanías de la Bienaventurada Virgen María, llamadas “Lauretanas”, se inserten las invocaciones “Mater misericordiæ” (Madre de la misericordia), “Mater spei” (Madre de la esperanza) y “Solacium migrantium” (Consuelo de los migrantes).
La primera invocación se colocará después de “Mater Ecclesiæ”, la segunda después de “Mater divinæ gratiæ”, la tercera después de “Refugium peccatorum”.
Me complace informarle de esta disposición para que sea conocida y aplicada y aprovecho la oportunidad para expresarle mi aprecio.