Si todo se convierte en opinable, si no hay verdad sino opinión, cada opinión es una verdad: la mía, la tuya, la suya… Y es que lo ‘fake’, para un ratito, bien, pero la verdad, aunque duela, es lo único que importa
En la actualidad, con frecuencia, no sabemos si una información que hemos recibido por todos los canales posibles (tradicionales y online) es verdadera o es fake news. Hay aplicaciones que aseguran que puedes desenmascarar a los mentirosos… pero ya nos queda la duda. Entre la sociedad líquida y la posverdad, ya no sabemos dónde está la verdad. ¿O sí lo sabemos? En este post anterior decíamos que, a la hora de modelar la opinión pública, los hechos objetivos influyen menos que las emociones y creencias personales. Es cierto que lo líquido es también flexible, pero a la vez es más vulnerable que lo sólido. Si todo se convierte en opinable, si no hay verdad sino opinión, cada opinión es una verdad: la mía, la tuya, la suya… pero, como decía Séneca, «las opiniones hay que pesarlas».
Campofrío sacó ayer su tradicional anuncio de Navidad: «¡Ha llegado #FakeMe! La startup ideada para darte la razón en el formato que tú decidas, pero, sobre todo, para demostrarte que lo fake para un ratito bien, pero la verdad, aunque duela, es lo único que importa». Y siguen: “¿Sabe lo que tenemos en común los españoles? Que todos tenemos razón. De ahí parte del éxito las fake news. Por eso dijimos: ‘si las noticias falsas tienen más éxito que las reales, contémosle a la gente lo que de verdad quiere escuchar”. Al final de este post podéis ver el vídeo del anuncio.
Hoy, día de la Virgen de la Esperanza, la Virgen del IESE, y desde nuestro Campus de Barcelona queremos desearos la mejor Navidad en compañía de vuestros seres queridos y de todos aquellos que, de alguna manera, estarán cerca de nosotros estos días. Concordia viene del latín, significa literalmente corazones juntos. Que la verdadera (y no fake) concordia se instale entre nosotros para quedarse.