Luchar para que cada niño pueda vivir siempre con sus padres, perciba su amor y tenga la seguridad de que ellos también se quieren y procuran con competencia lo mejor para él
Hace 50 años, un grupo de padres tuvo una inspiración: volver a la escuela para formarse como padres y como esposos y llevar a la familia el método del caso. Formarse para lograr el éxito en la única empresa que vale la pena emprender: la familia. Luchar para que cada niño pueda vivir siempre con sus padres, perciba su amor y tenga la seguridad de que ellos también se quieren y procuran con competencia lo mejor para él.
Esos padres constituyeron primero una asociación, el Fert, y después muchas otras. Y llevaron su entusiasmo al mundo entero. Hoy, esa locura que iniciaron unos pioneros a finales de los años 60 ha dado como fruto la ONG dedicada a la familia con presencia más activa en Naciones Unidas. La IFFD, que surgió del Fert, imparte cursos en casi 70 países de los cinco continentes y ha ayudado a cientos de miles de familias en todo el mundo a encontrar su propio camino hacia la felicidad.
Hoy, en el Fert, con estos cincuenta años a la espalda, podemos decir con satisfacción, con legítimo orgullo y, al mismo tiempo, con la humildad de quien sabe que ha avanzado subido a los hombros de aquellos gigantes que nos precedieron, que… hemos dado nuestro primer paso. Un paso pequeño, cincuenta años no son nada para una organización que aspira a acompañar a la humanidad el resto de sus días, pero un paso firme y decidido.
Por eso queríamos celebrarlo. Y lo hicimos ayer, en el aula magna de la Universitat Internacional de Catalunya, con todos los que estamos hoy aquí y con todos aquellos que, en algún lugar del Cielo, contemplan admirados la magnitud de la obra que ayudaron a crecer.
También estuvieron presentes en nuestros pensamientos los miles, millones de familias que en algún momento del futuro recibirán el influjo de esta cultura que se eleva por encima de cualquier ideología, raza, nacionalidad y condición: la cultura del Family Enrichment, la cultura de la familia.
Cuando accedí, en el año 1999, a la dirección del Fert, llamé a la orientación familiar “una revolución amable”, destinada a transformar la sociedad entera, a cambiar el mundo. Después de casi 20 años, me reafirmo en aquella intuición: no hay otro camino para la humanidad que no sea la familia; no hay otro lugar para el amor que no sea la familia; no existe otra posibilidad para cada ser humano que no sea la familia.
Me atrevería a decir que hoy, esa revolución, además de amable, ha devenido urgente. Y nosotros, los que estamos comprometidos en esta tarea, somos los protagonistas de esta revolución. No podemos mirar a otro lado. Con amabilidad, pero sintiendo la urgencia de los tiempos, hemos de llevar la vida de familia a todos los rincones del mundo, cada uno en su lugar, con humildad, con la serenidad que otorga la verdad, pero también con la pasión que impone el corazón, como siempre lo hemos hecho.
Muchas gracias, Sra. Kazcmarska, directora del programa de familia de la ONU, por haber querido estar ayer con nosotros, mostrarnos cómo la humanidad avanza y recordarnos que lo hace mucho más rápido y eficazmente cuando se centra y cuida con empeño y cariño a la familia. Muchas gracias, Sra. Rognoni, regidora de asuntos sociales del Ayuntamiento de Barcelona, por venir a transmitirnos la hospitalidad de esta ciudad abierta al mundo y apostar firmemente, como lo hizo, por una familia fuerte como puntal que sostiene la sociedad en este momento de cambio de ciclo y de estructuras humanas. Muchas gracias, Sr. Cazcarra, presidente de la Fundación Familiar Catalana y Dr. Gil, rector de la UIC, por su apoyo durante tantos años y por la cálida y cuidada acogida que ayer nos dispensaron.
Una vez le dije a la Sra. Kazcmarska cuál era el sello distintivo del Family Enrichment: nuestra lucha no es solo por el bien y la felicidad de todas las personas ni de todas las familias, que es mucho y es poco al mismo tiempo, sino por los de cada persona y de cada familia de todas, una a una, corazón a corazón, intentando despertar a cada padre, a cada madre y a cada hijo a la vida de familia, que es la mejor vida posible. Y, como ayer tuve ocasión de recordarle, usted lo sabrá porque, cuando deje de tener un cargo representativo en la ONU, el resto de ONGs, con toda probabilidad, se olvidarán de usted, pero en el Fert y en la IFFD seguiremos interesados en su felicidad personal y seguiremos empeñados en que ustedes hagan un Curso de Family Enrichment para que sean cada día más y más felices.