En el carnaval de Cádiz, una ‘chirigota’ defiende la dignidad de los creyentes frente a los recientes ataques<br /><br />
En el carnaval de Cádiz 2011, una ‘chirigota’ gaditana defiende la dignidad de los creyentes frente a los recientes ataques
La agrupación "Los defensores de Luis" ha presentado una ‘chirigota’ en el carnaval de Cádiz 2011 titulada “Cada vez que digo que yo soy creyente”. En ella sus componentes hacen una defensa de la dignidad de los creyentes y de su fe en Dios, que contrarresta los recientes ataques contra la religión católica ocurridos en España.
Las 'chirigotas' son coplas recitativas y monólogas, con formas musicales procedentes del pasodoble, la rumba, la sevillana, el tanguillo, la seguidilla o la jota. Las letras suelen ser sobre temas de actualidad (política, prensa del corazón...). Son muy conocidas las 'chirigotas' del carnaval de Cádiz, donde se celebran concursos en los que se valoran tres aspectos: el vestuario o presentación, la calidad de las voces y la agudeza de las letras. El principal objetivo de la ‘chirigota’ es hacer reír al público a través de la crítica satírico-humorística.
La letra de la ‘chirigota’ de "Los defensores de Luis" dice:
«Cada vez que digo que yo soy creyente / aparece algún valiente que me juzga, / con la voz cobarde del intransigente / que surge siempre de la censura. / Esos que presumen ser inteligentes / y van buscando su razón en la incultura / porque no entienden que la fe me haga más fuerte / que simplemente es un invento de los curas / que surge nada más, que surge por el miedo hacia la muerte.
¿Y a quién se ofende si le doy gracias a Dios? / ¿Y a quién se ofende si le pido protección? / que más me da quien me comprende / si el creer me hace más fuerte y me hace ser mejor persona. / Si a Dios lo encuentro solamente en el amor / y no en las manos indecentes que se justifican si "adoran" / y en las manos pederastas ni de aquellos que mataran y juraran en Su nombre.
Dios está en las manos del que ayuda, del que no pregunta nunca / y que perdona los errores. / Ése es el Dios que me llena / ése es el Dios que ilumina / y si en el mismo día en que me muera, / compruebo de verdad que no existiera / la misma fe que muchos tirarían / si me hizo ser feliz toda mi vida / ya me ha valido la pena / ya me ha valido la pena».