Como la teología está más próxima a las inquietudes humanas que la física de partículas, que se dice por allí, quiero recordar que no le gusta mucho hablar de lo suyo, de su biografía
El nombramiento de monseñor Fernando Ocáriz como Prelado del Opus Dei me ha llevado a recuperar un libro, en estos días, imprescindible para conocer la personalidad y el pensamiento del sucesor de monseñor Javier Echevarría.
Es el volumen entrevista de Rafael Serrano, Sobre Dios, la Iglesia y el mundo, editado por Rialp. Hay quien pudo pensar en aquel momento que era un texto premonitorio. No lo sé, no se trata del “post hoc, ergo propter hoc”. Clarificador, entonces y ahora.
Como la teología está más próxima a las inquietudes humanas que la física de partículas, que se dice por allí, quiero recordar que no le gusta mucho hablar de lo suyo, de su biografía. Y que entonces me sorprendió su relación con Carlos Cardona y Cornelio Fabro. Con estos dos avales de su configuración mental filosófica, hay poco más que añadir. Hablemos pues de sus escritos, de su teología.
Es cierto que de don Fernando tenemos varios tratados teológicos de largo alcance. No estaría de más, por ejemplo, traer ahora los que me sorprendieron más: su Naturaleza, gracia y gloria, con prefacio del entonces Joseph Ratzinger −ojo a lo que dice del autor−, o su manual de Teología fundamental con Arturo Blanco.
Y algunas intervenciones en libros de varios colaboradores que no hay que perder de vista, con un mensaje hoy de pleno sentido. Por ejemplo, destaco una que me parece relevante. El libro comentario a las consideraciones de la Congregación para la Doctrina de la fe, editado en español por Palabra, en 2003, con comentarios de R. Pesch, R. Minnerath, P. Rodríguez, F. Ocáriz, P. Goyeret, A.M. Sicari y N. Bux. Un texto en el que encontramos algunas pistas relevantes sobre lo que significa, desde la encíclica Ut unum sint, "una forma de ejercicio del primado que, sin renunciar de ningún modo a lo esencial de su misión, se abra a una situación nueva".
No hay que olvidar lo que don Fernando Ocáriz dice allí y que sintetiza, al final de su trabajo, con palabras del documento de la Congregación: "Solo el Papa (o el Papa con el Concilio Ecuménico) tiene, como Sucesor de Pedro, la autoridad y la competencia para decir una última palabra sobre las modalidades de ejercicio de su propio ministerio pastoral en la Iglesia universal".
Don Fernando y las modalidades de ejercicio del ministerio. Otro título. Otra columna.