El fruto maduro de la caridad es la unidad. Tan deseada en la Iglesia, el Prelado propone diversas maneras para vivirla en el día a día
El fruto maduro de la caridad es la unidad. Tan deseada en la Iglesia, el Prelado propone diversas maneras para vivirla en el día a día
Manifiesta Mons. Javier Echevarría, al iniciar su Carta, la alegría de comunicaros que el Santo Padre me recibió en audiencia hace dos días, el 30 de enero. Como en otras ocasiones, acudí a ese encuentro acompañado de vuestra oración. Al expresarle los deseos de fidelidad a Dios como cristianos, de los fieles y Cooperadores de la Prelatura, le aseguré una vez más la constante oración de todas y de todos por su Persona y sus intenciones. El Papa, como siempre, se mostró muy afectuoso: agradeció el servicio que la Obra presta a la Iglesia y me encargó que transmitiera su bendición a los fieles y a las labores apostólicas en el mundo entero.
Secundemos siempre —continúa el Prelado— las enseñanzas de su magisterio, con el afán de ofrecer nuestra ayuda total a la Santa Madre Iglesia. Vivamos a diario la realidad del ‘Omnes cum Petro ad Iesum per Mariam’: quered mucho al Romano Pontífice, y secundemos la preparación para el Año de la fe que proclamará dentro de algunos meses, para crecer en esta virtud y llegarnos a muchas gentes.
Recuerda la conclusión, con la fiesta de la conversión de San Pablo, del octavario para la unidad de los cristianos e invita a dar gracias a Dios por los progresos que poco a poco, bajo la guía del Espíritu Santo, se están cumpliendo en esa dirección, y pidamos al Paráclito que su gracia se manifieste cada vez con mayor eficacia: que mueva los corazones de los que se honran con el nombre de cristianos a fin de que se cumpla el anhelo de Jesús en la Última Cena: ut omnes unum sint, sicut tu, Pater, in me et ego in te!: que todos sean uno, como Tú, Padre, en mí y Yo en ti.
Afirma Mons. Echevarría que San Josemaría dispuso, desde los comienzos del Opus Dei, rezar cada día esta oración ‘pro unitate apostolatus’, y que a lo largo de los años nos insistió en la importancia de esta plegaria, instándonos a rezarla porque la vivamos. Nuestro Padre, continúa, deseaba ardientemente que la súplica por la unidad de todos los que creen en Cristo −más aún, de todos los hombres− fuera respaldada por el empeño de hacerla realidad, ante todo, en la propia vida, y se refiere a la enseñanza clara que en este sentido nos han dejado los primeros cristianos, recordando, que San Josemaría afirmaba siempre que ‘el espíritu del Opus Dei es espíritu de primitiva cristiandad’; y nos impulsaba a que, en todo momento, tratásemos de comportarnos con la coherencia de conducta de quienes abrieron el camino de la Iglesia, para afirmar más adelante que caridad y humildad van estrechamente unidas; y su fruto maduro es la unidad.
Se refiere, ya casi al final de su Carta, a una fecha próxima: el 14 de febrero, en que conmemoraremos en la Obra el aniversario de la extensión de la labor apostólica a las mujeres, en 1930, y de la fundación de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, en 1943. Nuestro Padre consideró que esa coincidencia de fechas, en años distintos, era una manifestación de la Providencia divina, que deseaba subrayar con fuerza la unidad del Opus Dei. Agradezcamos este don divino, que cada una y cada uno de nosotros debe fomentar y defender, ante todo, en nuestra propia vida, y también a nuestro alrededor,y pide oraciones por todos los Pastores de la Iglesia, para que todos, con Pedro, Cabeza visible del Cuerpo místico, vayamos a Jesús por María.
Concluye Mons. Echevarría con un recuerdo explícito del queridísimo don Álvaro, que el día 19 celebraba su santo. De su respuesta a Dios podemos aprender, entre tantas cosas, a cuidar con esmero esta familia sobrenatural a la que el Señor nos ha llamado −la Iglesia, la Obra−, gastándonos gustosamente en este empeño, como el primer sucesor de san Josemaría al frente del Opus Dei y, como siempre, acompañadme en mis intenciones; concretamente, de manera especial, rezad por los hijos míos, Agregados de la Prelatura, que ordenaré de diáconos el próximo día 18.