Navarro-Valls loa esa capacidad de Juan Pablo II, en una entrevista que publica hoy el diario italiano La Stampa
En una entrevista que publica hoy el diario italiano La Stampa, Joaquín Navarro-Valls, quien durante 22 años dirigió el gabinete de prensa del Vaticano, agradece a Juan Pablo II su propia beatificación, por una «riqueza de su vida que hoy se manifiesta solemnemente».
El ex portavoz de la Santa Sede, el español Joaquín Navarro-Valls, destaca la capacidad de hacer "simpática" la virtud del papa Juan Pablo II, quien será beatificado el próximo 1 de mayo en el Vaticano, seis años y un mes después de su muerte.
En una entrevista que publica hoy el diario italiano La Stampa, Navarro-Valls, quien durante 22 años dirigió el gabinete de prensa del Vaticano, agradece a Juan Pablo II (1920-2005) su propia beatificación, por una «riqueza de su vida que hoy se manifiesta solemnemente».
«Para él, estar con Dios no era un 'deber' ni algo episódico, sino su primera necesidad existencial, lo más natural del mundo. Esto, naturalmente, se reflejaba después cuando hablaba con la gente: diría que sabía hacer simpática la virtud. No la hacía parecer imposible o demasiado difícil», comenta el ex portavoz vaticano.
«Nos decía a todos que éramos muy superiores a todas las hipótesis sobre nosotros mismos que nos ofrecía día a día nuestra cultura. Y esto nos abría a todos nuevas perspectivas por el ser habitual. Nos hacía mejores o, al menos, querer ser mejores, o cuando menos, desear tener deseos de ser mejores», agrega.
Navarro-Valls (Cartagena, 1936), quien afirma que el secreto del difunto Pontífice era el de la verdad, asegura que la "pasta de santo" de Juan Pablo II ya se veía en vida.
«Los santos o lo son mientras viven o no lo serán nunca. Y no basta con estar hecho de esa pasta, hace falta saber convertir esa pasta —es decir, las aptitudes personales— en realidades estupendas», afirma el español.
«Para mí la verdadera obra maestra (de Juan Pablo II) fue lo que, con la gracia de Dios, supo hacer en su vida personal: mantener siempre —a pesar de todo: años, enfermedades, preocupaciones— esa frescura interior para decir siempre 'sí' a lo que se le pedía. Y así fue hasta el último momento».
Navarro-Valls afirma que el momento más emocionante que vivió junto al anterior Papa fue su último viaje a Polonia, su país natal, donde vio «muy emocionado» a un Juan Pablo II que, según él, «no era fácil de conmover».
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