“Cuando tenga ganas de quejarme, trataré de acordarme de Rosa”
Lo suyo no es resignación, es una postura esperanzadora ante el horror, tanto que parece feliz. Lo delata s
u mirada apacible, esa sonrisa de complicidad, pero sobre todo, alegre, muy alegre. Viendo a esta mujer, uno sólo encontraría motivos para la desesperación. Se llama Rosalía Cruz y acaban de amputarle las manos y los pies. Su dependencia es total, insoportable y latosa por más buen humor que se le ponga. Sin embargo ella no ve ninguna limitación. Se la ve muy serena y alegre. Se la ve feliz
D. Enrique Monasterio incluye en su blog una entrada titulada “De qué me quejo”, con un video que recoge una entrevista de Jesús Fonseca a Rosalía Cruz, Numeraria Auxiliar del Opus Dei.
Comenta D. Enrique:
«Después de ver este vídeo, hice un propósito que no podré cumplir: no quejarme nunca de nada...
Y el caso es que hace unos días aconsejé a un colega amigo mío que nunca hiciese propósitos "negativos", de esos que empiezan con la palabra "no". Así que rectificaré el propósito: cuando tenga ganas de quejarme, trataré de acordarme de Rosa».
Sin más comentarios, les invitamos a ">ver el video