Entrevista a Daniel Arasa, Profesor de Comunicación

LaOpinionCoruña.es

Aunque asegura que "todavía falta un tiempo" para "digerir" el último libro de Benedicto XVI, lamenta que la polémica sobre los anticonceptivos haya "ofuscado un poco" su contenido. «Del centenar de cuestiones que aborda el Papa, los medios sólo han visto sus declaraciones sobre el uso del preservativo» señala el profesor de Comunicación de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz Daniel Arasa Villar, quien además apela a la autoridad moral de la Iglesia católica para defender sus actuaciónes ante los casos de pederastia

«Mi trabajo, explica Daniel Arasa, es en una facultad institucional de comunicación del Vaticano, en donde nos dedicamos a formar comunicadores de la Iglesia, es decir los portavoces de las conferencias episcopales, directores de comunicación de diócesis, responsables de medios católicos etc. Y dentro de ese ámbito de formación, yo estoy en el área de la comunicación digital».

¿Qué momento considera que atraviesa la Iglesia católica en este arranque del siglo XXI?

Es difícil hablar sin hacer generalizaciones, yo puedo hablar más del ámbito comunicativo, porque para un creyente la Iglesia no cambia y ahí no se plantean problemas de ningún tipo, pero en cuanto al aspecto comunicativo sí que creo que ahora mismo la Iglesia está en las primeras páginas de periódicos y redes sociales como centro de atención. Y eso tiene un aspecto positivo y otro negativo: el positivo me parece que es, sobre todo, el hecho de que la Iglesia es un punto de referencia, a veces para criticarla eso no se puede negar, pero ciertamente tiene mucha autoridad, peso y con mucha influencia, tiene una autoridad moral que no tienen otras instituciones como la misma política o la economía. En ese sentido, veo a la Iglesia como un foco de atención, eso se vio en el reciente viaje del Papa a Santiago, que ciertamente monopolizó la atención internacional, fue un mensaje fuerte, muchas veces de oposición al pensamiento dominante y en ese sentido creo que es muy significativo.

Pero también tiene un punto de vista negativo...

Sí, la contrapartida a esa centralidad de la Iglesia en el ámbito informativo es que muchas veces aparece con una visión negativa, normalmente siendo atacada, muy criticada por grupos y sectores. Y ahí empieza el reto de los que nos dedicamos al ámbito de la comunicación de la Iglesia, el explicar la postura de la Iglesia en cuestiones básicas y me remito a uno de los recientes mensajes del Papa en su visita a Santiago de que Dios y la fe no están opuestos al hombre sino todo lo contrario, son una liberación y un servicio al hombre.

¿Qué es lo que más destaca del nuevo libro de Ratzinger?

Todavía falta un tiempo para digerirlo porque es un libro muy profundo, es todo un análisis de los últimos cinco años de pontificado. Lo ha entrevistado un conocido escritor alemán, que ya había entrevistado a Ratzinger en otras ocasiones y en este libro ha vuelto a hacer entrevistas con muchas horas de dedicación, ha conversado con él largamente. Me parece importante que la polémica del preservativo ha ofuscado un poco el contenido del libro, que habla de muchísimas cosas, de mucho peso, por ejemplo el tema de la ecología: deja muy claro que no se puede mantener este nivel de vida, más que de vida de destrucción, que se está llevando actualmente. Toca muy a fondo la relación con el mundo musulmán, un tema de interés enorme para occidente y explica cómo la fe no puede usarse como arma de terrorismo; también toca la relación con los judíos y defiende a Pío XII como persona que salvó a muchos judíos del nazismo, toca temas muy potentes, de fondo, mucho más interesantes que por desgracia, o quizás por un fallo de comunicación, se ha focalizado todo en el tema del preservativo.

Que, por otra parte, es un tema importante...

Sin duda, pero lo sorprendente es que de las cien cosas que dice los medios sólo han visto esa. Y no culpo a los medios, porque es verdad que es un tema de interés, pero no el único.

Antes citaba los aspectos negativos de la centralidad informativa de la Iglesia. Sin duda, el gran tema han sido los casos de pederastia.

Sin lugar a dudas, y el Papa también habla de ello, para que se vea que en ningún momento tiene miedo a afrontar el tema y deja muy claro y explica de nuevo el dolor que ha sentido por ese tema, las medidas que ha tomado la Iglesia al respecto (y que en primer lugar son más que nada de atención a las víctimas y ya ve que el Papa ha recibido a numerosos grupos de víctimas en numerosos países) y lo que él reclamaba es que quizá no se actuó rápidamente, más que ocultar a veces no se tomaron decisiones radicales y la manzana podrida infectó a las demás. Y también insiste en que son habas contadas, da la impresión de que todo el clero sería pederasta y eso es equivocarse de una manera gravísima, si uno observa otras religiones, desde ortodoxos a musulmanes etc., ocurre lo mismo, incluso en sectores profesionales, estoy pensando en el ámbito de la gente que trabaja con la juventud, en la educación o en el ámbito de la familia, en donde la prevalencia es mucho más elevada que en la Iglesia. Y eso no quita que no sea un tema grave.

¿No cree que precisamente a una autoridad moral como la Iglesia debe exigírsele un comportamiento intachable en ese caso?

Por supuesto, precisamente como la Iglesia es una institución con una gran autoridad moral de ella se espera mucho y a la mínima que se cometen errores es normal que se alce la voz para denunciarlo, pero en este sentido hay conciencia de eso, se han tomado las decisiones necesarias y hay que tener en cuenta que muchos de los casos que salen ahora se produjeron años atrás, a veces se tiene la sensación de que son temas de hoy, pero en realidad la Iglesia ha ido tomando sus medidas y los casos no se cometieron ahora sino en los sesenta, setenta y ochenta en gran medida, se ha dado una imagen actual que no es real. Y otra cosa que hay que tener en cuenta es que la Iglesia está formada por hombres y los hombres son pecadores, en ese sentido errores los habrá siempre porque no somos perfectos pero ahora mismo ya hay medidas para evitar en todo lo posible que se cometan esos abusos de nuevo.

¿Cómo analiza la postura de la Iglesia sobre el preservativo?

Ciertamente la doctrina moral de la Iglesia no está muy aceptada por gran parte de la sociedad occidental, entonces todo lo que diga el Papa no gusta, crea confusión y polémica. Y a mí lo que me parece, ya que me pide que le comente el tema, es que está sacado de contexto: no digo que la noticia no sea interesante, que lo es, pero el Papa hace referencia cuando le preguntan al viaje que hizo a África y en el que también habló sobre este tema y dijo que el preservativo no es la solución al sida, más o menos sintetizando es lo que dijo, y se armó una polémica terrible. El entrevistador retoma este tema y se lo vuelve a preguntar ahora y el Papa retoma la misma doctrina (porque la doctrina de la Iglesia no cambia: es la defensa de la vida) y simplemente lo que hace es clarificar y especificar algunos temas, porque lo que dice es que fomentar la promiscuidad es malo para el hombre, cosifica a las personas, de modo que por mucho que se promuevan medidas sobre el preservativo con promiscuidad no serán eficaces, es un comportamiento arriesgado que ni el preservativo puede corregir, pero añade que hay algunos casos excepcionales y contados en los que el uso puede ser un mal menor, por ejemplo en casos específicos como la prostitución para evitar transmitir una enfermedad. No es que haya una visión anticonceptiva sino de evitar un mal menor.

Afirma que no es un tema nuevo.

Es lo interesante, que no es un tema nuevo sino que ya los teólogos han discutido hace mucho tiempo y continúa la discusión. De hecho el libro del Papa no es una encíclica sino una entrevista, una opinión en este caso de un gran teólogo, pero un tema sobre el que sigue la discusión. También se había hablado de un matrimonio si uno de ellos está infectado por el sida, sería aceptable usarlo para evitar la enfermedad, no con una finalidad anticonceptiva. No era nada nuevo, lo que si lo es que lo diga un Papa de manera pública, pero él tampoco ha dicho que el libro sea en ningún momento una encíclica que dicte doctrina sino una opinión que comparte con la mayoría de los teólogos católicos.