ZENIT.org (Entrevista de Inma Álvarez)
La expectación y las polémicas en los medios de comunicación sobre la visita del Papa Benedicto XVI a Gran Bretaña fueron también un momento propicio para mejorar la comunicación de la Iglesia.
Es la experiencia de Catholic Voices, un grupo de laicos voluntarios que durante meses estuvieron preparándose para hablar en los medios de comunicación sobre todo tipo de cuestiones relacionadas con la Iglesia católica.
El coordinador de esta iniciativa es el español Jack Valero, Director de Comunicación del Opus Dei en Gran Bretaña. Un profesional que ya acumulaba experiencia gracias a Dan Brown y "El "Código da Vinci". Valero fue también el jefe de prensa para la beatificación del cardenal Newman.
En esta entrevista a ZENIT, Jack Valero afirma que es necesario «tener una visión positiva de los medios de comunicación», pues éstos «tienen derecho a hacer preguntas difíciles». Su experiencia es una muestra de cómo es posible hoy comunicar el mensaje cristiano.
¿Cómo surgió la idea de Catholic Voices, de preparar laicos para que puedan hablar ante los medios de comunicación?
En noviembre del 2009 hubo un famoso debate en Londres sobre la Iglesia católica que fue perdido masivamente. Esto hizo que los católicos reflexionaran en su capacidad de comunicar, especialmente con la visita del Papa al año siguiente.
Yo lo hablé con un amigo, Austen Ivereigh, con el que en el 2006 habíamos formado el Da Vinci Code Response Group, un grupo de católicos que estuvieran presentes en los medios para hablar de Jesucristo, la Iglesia, el Opus Dei, etc.
La primera idea fue reunir de nuevo a los componentes de ese equipo de hace 4 años, pero luego pensamos que sería mejor entrenar a un equipo totalmente nuevo, de unos 20 voluntarios, que pudieran hacer ese trabajo en los meses anteriores y durante la visita del Papa al Reino Unido.
Cuando anunciamos nuestra intención se apuntaron 90 en 10 días, por lo que tuvimos que cerrar el proceso. Al final entrevistamos a 45 y elegimos a 24, de los cuales 21 siguen en el equipo.
Durante estos meses de preparación a la visita, en los que ha habido tantas polémicas en los medios de comunicación ingleses, ¿cuál ha sido para ustedes la mayor dificultad, desde el punto de vista comunicativo?
Pienso que las polémicas han ayudado a dar un perfil muy alto a la Iglesia católica y al viaje del Papa, y han hecho que todos los medios nos dieran espacio para explicar nuestro punto de vista. El escándalo de la pedofilia en países europeos que explotó en abril fue algo negativo, por supuesto, pero por otro lado forzó a los católicos a enterarse bien de qué ocurría.
Ya que vemos esas controversias como oportunidades de hablar en los medios, no se me ocurre ningún punto en particular que fuera una dificultad desde el punto de vista comunicativo.
¿Había más ignorancia o mala fe en los periodistas?
En Catholic Voices tenemos una visión positiva de los medios. Pensamos que tienen el derecho de hacer preguntas difíciles, que reflejan las preguntas que tiene la gente de la calle, y que es su deber pedir cuentas a personas e instituciones.
En el Reino Unido, como la Iglesia católica es una minoría, los medios siempre han podido pedirle cuentas si aparecía alguna noticia negativa. Pienso que es una cosa saludable que sea así.
En este contexto, pienso que aquí hay mucha ignorancia sobre asuntos religiosos entre los periodistas, pero gran apertura a escuchar las explicaciones. En este país se da gran valor a la libertad de expresión. Si uno explica las cosas bien, le escuchan; si uno las explica mal, nadie escucha.
¿El "anticatolicismo" de los medios ingleses hacía especialmente complicada la tarea de informar sobre la visita? ¿Es difícil romper mitos y tabúes sobre la fe católica?
Yo no creo en ese "anticatolicismo" en los medios. Como he dicho, hay mucha ignorancia religiosa y mucha indiferencia.
Por otro lado, los medios están interesados en dramas y controversias, y no en historias felices: es así como funcionan. Por este motivo, la mayoría de las noticias religiosas que aparecen tienen un contexto negativo (escándalos sexuales o financieros, hipocresía, etc.).
En Catholic Voices, hemos estudiado como hacer un "reframing" de la noticia para hablar del tema en términos positivos y así comunicar mejor el mensaje de la Iglesia católica, pero sin evadir la cuestión.
Así, por ejemplo, con noticias sobre abusos de menores, hay que aceptar (como lo hace el Papa) la culpa de no haber sabido tratar el tema bien en el pasado, pero hablar también de las normas que tiene la Iglesia aquí para la protección de menores, que son de las mejores de cualquier institución en Gran Bretaña, algo aceptado incluso por el gobierno.
Otro ejemplo: al hablar del SIDA en África, es bueno explicar el gran interés de la Iglesia en resolver este problema, ya que cuida de más de un 25% de las víctimas del SIDA en África y es la institución que más hace en temas de salud pública en ese continente.
¿Puede contar alguna anécdota significativa de su equipo de trabajo?
Después de terminar el entrenamiento, nuestro equipo ha estado en los medios (televisión y radio) más de 100 veces, 70 de las cuales han sido en los cuatro días que ha durado la visita del Papa.
Aparte de eso, hemos participado en varios debates públicos sobre la Iglesia, el Papa, la Visita al Reino Unido, etc.
Un caso especialmente interesante fue cuando la coalición de grupos de protesta tuvo una reunión el 12 de agosto para planificar sus protestas y marchas. Unos días antes escribieron a la Iglesia con una serie de cuestiones, ofreciendo la oportunidad de que acudiera alguien a defender la postura católica ante los 60 reunidos allí.
Al final fue uno de nuestro equipo, un profesor llamado Neil D'Aguiar. Después de una hora de escuchar a los cabecillas de los diferentes grupos anti-visita del Papa dar sus discursos negativos, le invitaron a contestar.
Neil habló solo 15 minutos y aceptó que esos eran problemas reales que él quería resolver junto con ellos, aunque –dijo– hay bastantes cosas que ellos no conocían bien.
Cuando se dieron cuenta de que no iba a atacarles, le escucharon en silencio. Luego le preguntaron una serie de cosas y intercambiaron direcciones de correo electrónico para seguir en contacto. Al día siguiente, uno de los grupos allí presentes decidió cancelar su protesta.
Pienso que debe ser una de las pocas veces que grupos así se sientan con católicos a hablar de estos temas controvertidos y a escucharse unos a otros.
Usted ha sido también portavoz de la beatificación del cardenal Newman, una figura admirada pero también controvertida. ¿Cuál ha sido su mayor dificultad en este campo?
Mas que dificultades prefiero hablar de oportunidades. Hasta el año pasado, cuando se anunció su beatificación, Newman era prácticamente desconocido en este país, aparte de ambientes católicos o intelectuales.
Luego surgieron varias polémicas, que hicieron que los medios se tomaran interés. Yo he hablado en otros sitios sobre las cinco polémicas de Newman: si era homosexual, si era liberal o conservador, si realmente era santo, si el milagro que ha permitido su beatificación es un verdadero milagro, y si su beatificación es motivo de unión o de división con los anglicanos.
Estas controversias han permitido a gente escribir artículos o salir en los medios hablando sobre Newman y haciéndole más conocido. En particular, yo pude tratar de la primera controversia escribiendo un artículo sobre la amistad y el celibato sacerdotal en The Guardian, un periódico muy influyente aquí. Si no hubiera existido esa controversia, nadie me hubiera publicado tal artículo, y menos el Guardian.
Respecto a la visita del Papa, se puede hablar de un éxito mediático sin precedentes en este país. El Papa ha pasado de ser el "nazi" a "el abuelito cariñoso", según la expresión de un periódico irlandés. ¿Cuál ha sido la clave, la propia personalidad de Benedicto XVI? ¿Su mensaje? ¿Ambos?
Como ha ocurrido en otros lugares (USA, Australia, Malta), las protestas se hacen más y más potentes al acercarse la fecha del viaje, pero en cuanto aterriza y la gente puede verle y escucharle directamente, la opinión pública cambia totalmente.
En el caso del Reino Unido la personalidad del Papa (tímido, respetuoso, etc.) es muy acorde al temple británico, y los mensajes que ha dado en sus discursos y homilías han sido espectacularmente buenos. Pienso que va a ser un viaje muy importante de este pontificado.
¿Quién ha sorprendido más a la opinión pública británica? ¿El Papa o los propios católicos ingleses?
El Papa ha sorprendido a la opinión pública, igual que lo hizo en otros lugares.
Desde su punto de vista profesional, ¿cuál diría que es el mayor problema de la información religiosa en los medios occidentales? ¿Faltan formadores de opinión, o más bien rigor, o conocimiento del tema religioso?
Un poco de todo. Pero lo que hemos aprendido de Catholic Voices es que son los laicos los que pueden comunicar mejor en los medios el mensaje católico. Los laicos son los que conviven y trabajan junto a todos los demás, los que tienen que pagar la hipoteca y cuidar al bebé enfermo por la noche. Cuando dicen cosas en la televisión o radio, conectan fácilmente con el público, y tienen el vocabulario adecuado para explicar las cosas bien.
Pienso que en el futuro, la Iglesia puede hacer que su mensaje llegue mucho más lejos si se montan cursos de entrenamiento de laicos que tengan esa facilidad de comunicar. Se podría decir que debemos descubrir en la Iglesia la vocación de comunicador.
Muchos periodistas están personalmente muy alejados de la religión, intelectual, profesional y afectivamente. ¿Cree necesaria una "pastoral" de periodistas?
Es buena idea informar muy bien sobre temas religiosos a los periodistas. La mayoría de ellos no tienen grandes conocimientos sobre la Iglesia o la religión. Si se les da información buena y a tiempo, pueden hacer su trabajo mucho mejor, cosa que aprecian mucho.
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