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Se destaca el aspecto que sitúa realmente el comienzo de la ingente y generosa labor llevada a cabo por Teresa de Calcuta y sus gentes entre los más pobres de los pobres: para lavarlos, cuidarlos, quererlos con el cariño que sólo viene del amor, y en su caso ayudarlos a bien morir
Copio directamente lo escrito por Teresa García-Noblejas en Profesionales por la Ética:
El Bronx se viste de blanco y azul
«Mañana, [anteayer] 26 de agosto, un edificio del neoyorkino barrio del Bronx se vestirá de blanco y azul, el color del hábito de las Misioneras de la Caridad. El motivo, conmemorar el centenario del nacimiento de la Beata Teresa de Calcuta, una monja bajita y encorvada, albanesa, que sin duda se siente más cerca de los habitantes del Bronx que de los dueños del altivo Empire State Building, un edificio del área metropolitana de Nueva York que puede visitarse por 20 $ y que se ha negado a iluminarse de blanco y azul porque no conmemora eventos religiosos.
Según su web, el Empire es una máquina de hacer dinero en la que te cobran hasta por respirar. En el edificio Hutchinson Metro Center del Bronx, sin embargo, conmemorarán los 100 años de la religiosa; en este barrio inauguró Madre Teresa en 1977 su primer convento en los riquísimos y pobrísimos Estados Unidos. Entre los más pobres de los más pobres.
La decisión de los dueños del Empire (un edificio privado) provocó cierta polémica en Estados Unidos. Pero a los desheredados, enfermos incurables, moribundos y demás marginados, les importa un bledo el Empire State y sus dólares. Teresa de Calcuta celebra su cumpleaños en el Bronx y punto. Sus misioneras atienden hoy a pobres y enfermos de todos los continentes, pobres materiales y espirituales. A los dueños del Empire no los conocemos; ni falta que nos hace».
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[Publico estas breves palabras de Teresa García-Noblejas, entre otras razones, porque se aleja de la cansina y poco práctica visión de la queja de algunos ante la manía de la prohibición por parte del dueño del Empire. Y destaca el aspecto que sitúa realmente el comienzo de la ingente y generosa labor llevada a cabo por Teresa de Calcuta y sus gentes —como recuerda— entre los más pobres de los pobres: para lavarlos, cuidarlos, quererlos con el cariño que sólo viene del amor, y en su caso ayudarlos a bien morir. Y de eso se sienten orgullosos en el Bronx, y el hospital que ya es blanco y azul se vestirá de luces azules y blancas esta noche en homenaje a la Teresa de Calcuta que vivió en aquel barrio.
Por otra parte, no entiendo por qué el dueño del Empire se niega a encender luces en honor del Premio Nobel de la Paz de 1979. Tampoco es que sean multitud los premios Nobel de la paz tan conocidos, recordados y apreciados por tanta gente].