La lógica de la fe y la lógica de la opinión pública
LaIglesiaEnLaPrensa.com
Tuve la oportunidad ayer de visitar algunos lugares de Oxford relacionados con el cardenal Newman, a quien el Papa beatificará próximamente en Birmingham (programa). En especial, estuve en dos lugares de su vida como anglicano: el Trinity College, donde estudió los tres primeros años de universidad y donde mucho tiempo después —siendo ya cardenal— le harían "fellow honorario"; y el Oriel College, donde por espacio de 23 años fue "fellow" y en algunos años también capellán de la vecina iglesia universitaria (anglicana).
Estuve también en un lugar que Newman nunca conoció como tal, pero que está muy relacionado con su memoria: el Oratorio de Oxford, una institución que quiso fundar en sus años de sacerdote católico pero que no lo consiguió, a pesar de los intentos. Uno de los sacerdotes del Oratorio comentó que si bien este año ha sido particularmente difícil para la Iglesia católica, con motivos de los escándalos, etc., que han tenido especial repercusión en Oxford (donde no han faltado —dijo— destacadas actividades culturales de sesgo anticatólico), la realidad es que en su iglesia la frecuencia dominical a misa ha crecido en estos meses del treinta por ciento.
No creo que haya que otorgar a este dato validez universal, pero reconozco que me sorprendió. Muestra que la lógica de la fe no coincide exactamente con la lógica de la opinión pública. Posiblemente, esos escándalos o esa "mala prensa" lleva a algunas personas a reaccionar de modos insospechados. En el fondo, es la misma historia de Newman, que decidió abrazar la plenitud de la fe católica en un momento en que ser católico no era precisamente algo prestigioso.