Que murió por salvar la vida que llevaba en su seno
ReligionConfidencial.com
Gianna Emanuela, la hija más pequeña de santa Gianna Beretta Molla, que hoy tiene 48 años, saludó al Papa al final de la audiencia general celebrada el pasado miércoles en el Vaticano.
Visiblemente emocionada al acercarse a Benedicto XVI, confió que había ido a Roma para encontrar al Papa tras el fallecimiento de su padre, el ingeniero Pietro Molla, el pasado 3 de abril, a los 97 años.
Para estar con su anciano padre, enfermo desde hace unos años, Gianna Emanuela había abandonado la profesión de médico geriatra hace siete años y el 16 de mayo de 2004 le llevó a Roma a la canonización de la madre, la última que presidió Juan Pablo II.
Cuando santa Gianna se encontraba en el segundo mes embarazo de su cuarto hijo, los médicos descubrieron que tenía un fibroma en el útero. Antes de la necesaria intervención quirúrgica y aun siendo consciente del riesgo que habría supuesto continuar con el embarazo, pidió al cirujano que salvara la vida que llevaba en su seno.
El aborto terapéutico y la extirpación del fibroma le habrían permitido tener otros hijos más adelante. Gianna eligió la solución que era más arriesgada para ella.
Unos días antes de dar a luz, confiando siempre en la divina Providencia, declaró: "Si hay que elegir entre mí y la niña, no lo dudéis, elegid -lo exijo- la niña. Salvadla". En la mañana del 21 de abril de 1962 dio a luz a Gianna Emanuela y una semana más tarde, a pesar de todos los esfuerzos y las curas para salvar ambas vidas, tras repetir entre grandes sufrimientos la jaculatoria "Jesús, te amo, Jesús te amo", murió santamente. Tenía 39 años.
La historia de esta madre valiente es un estímulo para tantas personas que deben afrontar un embarazado difícil o para las que se sienten presionadas por los que -erigiéndose en "dueños" de la vida que llevan en su seno- las obligan a tomar decisiones tan dolorosas y tremendas como la del aborto.