Da solidez, estructura la sociedad y hasta mantiene a los hijos en paro
ElCorreo.com (Entrevista de Teresa Villaverde)
Natalia Diez-Caballero es madre de tres hijos de 3, 4 y 7 años. Tanto ella como su marido trabajan a jornada completa y se ven obligados a «hacer el pino» para cuidar a los niños. Esta mujer lleva once años defendiendo sus derechos al frente de Hirukide, la Federación de Asociaciones de Familias Numerosas en Euskadi, de la que forman parte nada menos que 8.371 hogares de Vizcaya.
Hirukide surge para defender que las familias puedan tener el número de hijos que quieran. ¿Acaso se les niega ese derecho?
Lo que dicen las encuestas es que muchas familias no tienen más hijos porque no se lo pueden permitir económicamente.
Pero el Gobierno adoptó medidas para acudir en su ayuda.
Sí, pero las que se han llevado a cabo hasta ahora han sido insuficientes y hay otras muchas que el Gobierno vasco no ha puesto en marcha. En 2008 promulgó la Ley de Apoyo a las Familias, pero no se ha desarrollado.
¿En qué sentido?
Es importante, entre otras cosas, que se imponga el sistema de renta estandarizada, que las ayudas estén sujetas siempre a un mismo nivel de renta para que no haya familias de primera y de segunda según los municipios. También es esencial poder conciliar la vida laboral y la familiar, y para eso hace falta algo más que partidas económicas.
¿Por ejemplo?
Pues coordinación interinstitucional para incentivar a las empresas y ayudarlas a flexibilizar los horarios, no a reducirlos. O para que, en verano, cuando mis hijos tienen unos 60 días libres, las instituciones se pongan de acuerdo para que se abran centros educativos en períodos vacacionales. Mi marido y yo sólo tenemos 30 días y trabajamos a jornada completa. No nos podemos permitir económicamente una reducción de jornada o pedir una excedencia. Y mis padres se hacen mayores. Además, los hijos los tengo yo, no ellos. Al final, renunciar a un hijo porque la sociedad no te lo pone fácil es tremendo.
¿Y qué dificultades encuentran?
No hay un expediente con un perfil de cada familia, así que no se tiene en cuenta el número de hijos al establecer el dinero por excedencias o reducciones de jornada. Además, por ley deberíamos acceder a viviendas de protección oficial de más de 90 metros cuadrados, pero no es así; y el 32% de las familias numerosas del País Vasco viven con menos de 15 metros cuadrados por persona. Por otro lado, hace un año el Gobierno central nos dio un bono social para pagar la factura de la luz: me devolvía dos euros al mes. Si en vez de haber aplicado una reducción de tarifa por vivienda lo hubieran hecho por el número de personas, no habría hecho falta ese bono.
¿No es un poco osado pedir en tiempos de crisis?
Entiendo que hay que apretarse el cinturón, en eso somos expertos. Una diputada me dijo que somos el ejemplo del desarrollo sostenible. Pero consumimos más productos de primera necesidad y los recortes nos afectan más. Por otro lado, hacen falta hijos porque la pirámide poblacional se está invirtiendo. Además, la familia da solidez, estructura la sociedad y hasta mantiene a los hijos en paro. Es el auténtico ministerio de asuntos sociales.