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En septiembre de este año el Papa Benedicto XVI beatificará al Cardenal John Henry Newman (1801-1890), el famoso converso desde el anglicanismo, que fue uno de los intelectos privilegiados de la Inglaterra victoriana. Tanto liberales como conservadores desean poner a Newman de su lado.
Pero, ¿Qué fue en realidad? MercatorNet entrevistó a Fr Juan R. Vélez para aclarar este tema. Fr Vélez es coautor, junto a Michael Aquilina, de una obra de próxima aparición: Meditaciones con John Henry Newman, Está también preparando una biografía de Newman titulada Pasión por la verdad: John Henry Newman.
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El Papa fue acusado recientemente de apropiarse del Cardenal Newman con el fin de favorecer la causa del catolicismo conservador. Liberal o conservador ¿Qué fue en realidad?
Newman no pensaba en términos de liberal y conservador. En lo que sí pensaba era en el peligro del racionalismo: veía el racionalismo como el enemigo del cristianismo. Y por racionalismo él entendía la filosofía que sustituye la revelación divina por ideas y sus consecuencias. Él se enfrentó enérgicamente con la noción de que la religión es algo de fabricación humana y que no cuenta con propuestas de valor permanente. Estuvo en contra del subjetivismo en la religión. Ya como joven clérigo anglicano en Oxford y hasta que fue creado cardenal de la Iglesia Católica luchó contra una religión subjetivista, no asentada en verdades objetivas reveladas por Dios a los hombres.
Newman se mantuvo constante en Oxford frente a los teólogos de mentalidad liberal que no se mantenían en la tradición de la Iglesia Anglicana. También se alzó frente a la excesiva muestra o apoyo en el sentimiento en la religión, característica propia de los evangélicos de su tiempo. Tanto los liberales como los evangélicos desdeñaban entonces la importancia de la doctrina y de la jerarquía en el cristianismo. Newman se oponía así a una religión de invención humana o emotiva, pero nunca se refirió a sí mismo como conservador. Sin embargo se vio gradualmente más y más decepcionado por los anglicanos de la High Church, que en su mayoría no promovían el aspecto espiritual y devocional de la religión cristiana, dando importancia principalmente a las formas externas de culto, con frecuencia pasando por alto cosas importantes por simple cuestión de conveniencia. Newman experimentó esta religión blanda cuando, todavía joven clérigo, su obispo le echó en cara no haber querido oficiar el matrimonio de una joven que unos pocos años atrás había rechazado ser bautizada.
En 1845, inmediatamente antes de su recepción en la Iglesia Católica, Newman terminó su ensayo sobre el Desarrollo de la Doctrina Cristiana. ¿En qué consiste este desarrollo de la doctrina?
Durante 20 años más o menos, como estudiante y docente en Oxford, Newman estudió los cambios en las doctrinas y prácticas de los cristianos a lo largo de los siglos. Durante muchos años aceptó la noción protestante de que las doctrinas y prácticas católicas eran una corrupción del cristianismo primitivo. Sin embargo su estudio del cristianismo y las actitudes de la Iglesia Anglicana le llevaron a revisar esta posición. Empezó a comprender que a lo largo del tiempo el cristianismo fuera incorporando algunas doctrinas y las prácticas religiosas correspondientes. Vio que estos cambios tenían una explicación satisfactoria.
Por ejemplo, vio que la creencia en el Purgatorio era un desarrollo de la comprensión cristiana del perdón de Dios alcanzado a través del sacramento de la penitencia. Constituye un remedio para la pena que no se ha completado en la tierra. El Purgatorio limpia el alma de cualquier adhesión al pecado presente todavía en el alma que muere en estado de gracia. Aunque el Purgatorio no es mencionado expresamente en la Biblia, la doctrina acerca de esta purificación resulta admisible a causa de la naturaleza del desarrollo genuino de la enseñanza de la Iglesia.
Según Newman ¿Cambia la enseñanza de la Iglesia?
Sí y no. Para ser más preciso, la enseñanza de la Iglesia experimenta un desarrollo. Esto no es lo mismo que decir que la enseñanza evoluciona. La evolución implica el cambio de una cosa a otra distinta la enseñanza de la Iglesia no evoluciona a otra cosa distinta. Atribuir esto a Newman es un error. Newman explicó que el desarrollo puede ser correcto o incorrecto. Un mal desarrollo de la doctrina es denominado una corrupción de la enseñanza del cristianismo. Un ejemplo de buen desarrollo es el ejercicio de la autoridad adquirida por el sucesor de San Pedro. Lo contrario sería de hecho una corrupción, es decir, una omisión en el oficio de Pedro establecido por Cristo mismo.
Newman creía que la religión es un conjunto establecido de verdades doctrinales y de prácticas que no cambian sustancialmente; las formas y los elementos externos pueden cambiar o desarrollarse, pero solo de acuerdo con la realidad original. También es posible conseguir una mejor articulación y una compresión más profunda de estas verdades.
¿Qué sentido tiene transmitir dogmas fosilizados en forma de Tradición sin cuestionar su sentido?
Hay que distinguir entre Tradición en las creencias religiosas y tradiciones sociales y políticas. Las primeras tienen su origen directo en Dios, mientras que las segundas son tradiciones de origen humano. La tradición cristiana es la transmisión oral y escrita de lo que Dios reveló a la Iglesia por medio de los Apóstoles y sus discípulos bajo la guía del Espíritu Santo.
Dentro de esta tradición se distingue la Tradición Apostólica que tiene su origen en tiempo de los Apóstoles o de sus discípulos. La tradición eclesiástica es aquella que se desarrollo en los siglos sucesivos bajo la guía del espíritu Santo prometida por Cristo a los Apóstoles y sus sucesores.
Los católicos creen que Cristo transmitió a los Apóstoles y sus sucesores inmediatos las doctrinas que Él quiso que transmitieran a los obispos que iban a sucederles. La Tradición consiste en la predicación oral, el ejemplo e instituciones tales como los sacramentos administrados por los Apóstoles. El Espíritu Santo inspiró a algunos hombres a escribir parte de esta Tradición, que ha adquirido la forma del Nuevo Testamento. Tanto la Tradición como la Escritura constituyen el depósito de la fe, que contiene las verdades que Dios quiere que los hombres crean y practiquen. Para ser fiel a lo que Dios ha revelado, cualquier desarrollo de la doctrina debe ser fiel a la Tradición y la Escritura.
¿De qué manera fue puesta en duda o rechazada la doctrina de la Iglesia primitiva?
Al inicio del siglo XVI la tradición eclesiástica, y posteriormente la tradición apostólica, fue cuestionada por una variedad de razones. Fue resultado de la reacción frente a abusos cometidos por hombres de la Iglesia, de una confianza excesiva en la razón humana en los inicios del Renacimiento, y de un gradual debilitamiento de la autoridad de Roma. Como consecuencia de la Reforma Protestante, en el siglo XIX existían en Inglaterra dos prácticas ampliamente extendidas: la práctica de la Religión de la Biblia, que excluía todo lo que no aparecía de forma explícita en las Escrituras, y el ejercicio del juicio privado en temas religiosos.
Newman se dedicó a la historia de la Iglesia primitiva. El estudio en profundidad de este periodo y de los escritos de los Padres de la Iglesia le dio un conocimiento de primera mano de la Tradición de la Iglesia. Descubrió que los padres eran testigos de la Tradición de la Iglesia y de la enseñanza de la Escritura. El estudio de los Padres le permitió evitar aquellos errores y señalarlos a los demás en sus sermones y ensayos.
¿Podría presentarnos alguna aplicación de las ideas de Newman acerca del desarrollo? ¿De qué manera los criterios que él asentó apoyan o desaconsejan cambios importantes en la doctrina o la moral católica?
Podríamos preguntarnos: ¿Aceptaría Newman algún tipo de gobierno de la Iglesia en el que el Papa no tuviera autoridad? Newman debatió interiormente esta cuestión durante años antes de hacerse católico. Llegó finalmente a darse cuenta de que la autoridad del Papa era el desarrollo del poder dado por Cristo a Pedro. La negación de esta autoridad sería contraria por tanto a la doctrina original y no sería aceptable.
En un tema totalmente diferente, podríamos preguntarnos si Newman aceptaría la contracepción. Naturalmente él no aceptaría esto como un desarrollo auténtico de la enseñanza de la moral. Encontraría que la aceptación de esta acción no tiene base ni en la Sagrada Tradición ni en la Escritura. De hecho esta acción está prohibida, tal como es el caso de Onán.
Acerca de una cuestión todavía más debatida estos días, ¿Aceptaría Newman un cambio en la práctica del celibato para los sacerdotes católicos de rito latino? Para empezar Newman haría notar que San Pedro y algunos de los Apóstoles, pero no todos, estaban casados. San Juan y San Pablo eran célibes. Citaría rápidamente el pasaje del Evangelio según San Mateo en el que Jesús enseña que algunos reciben el don del celibato por razón del Reino de los Cielos. A continuación posiblemente añadiría que bajo la inspiración del Espíritu Santo la Iglesia se dio cuenta bien pronto de los beneficios del celibato. Alrededor del año 300 el celibato empezó a ser norma en el Oeste. La Iglesia había desarrollado una comprensión más completa de los requisitos espirituales y pastorales del celibato. En cualquier caso, Newman buscaría en la Tradición y en la Escritura, como es común en el oficio de enseñanza de la Iglesia, para juzgar acerca de la validez de cualquier desarrollo.
¿Qué desarrollos consideraría Newman auténticos en la doctrina de la Iglesia?
Newman contemplaría probablemente como desarrollos auténticos de la doctrina católica las diversas enseñanzas sociales de la Iglesia, tales como la noción de bien común y la subsidiariedad, así como las enseñanzas del Vaticano II acerca de la colegialidad de los obispos.
Newman mismo contribuyó en algunos desarrollos a la teología católica, tales como una visión más espiritual del Purgatorio, y una comprensión más profunda del lugar del laico en la Iglesia. Hay mucho que decir acerca de estos temas y especialmente en la influencia de Newman en la promoción de la educación del laico católico, muy en consonancia con la enseñanza posterior del Vaticano II. El Concilio subrayó así mismo, como Newman había señalado anteriormente, que todos los cristianos están llamados por Dios a vivir una vida santa.
A la cuestión entonces de ¿Fue Newman un liberal o un conservador? se debe contestar que ni uno ni otro. Fue un hombre anclado en la Tradición de la Iglesia y en la Escritura, que atendía a la autoridad docente de la Iglesia para enseñar, guiar y decidir en cuestiones doctrinales. Newman proporcionó a los cristianos y teólogos futuros unos instrumentos para juzgar acerca de la validez de los desarrollos de la doctrina. Nos muestra que cualquier buen desarrollo está siempre enraizado en la Tradición y es fiel a la Escritura y sujeto a la autoridad de la Iglesia docente.
La comunidad gay en Gran Bretaña está tratando de presentar al Cardenal Newman como un homosexual oculto. ¿Qué respondería usted a esta afirmación?
La íntima y prolongada amistad de Newman con algunos de sus colegas y estudiantes ha sido presentada como una indicación de homosexualidad. Esto forma parte de la tendencia moderna a entender la amistad primariamente en términos de relaciones sexuales. Como ha afirmado el estudioso de Newman Ian Ker, no existen las más mínimas señales que sugieran que Newman sufriera atracción hacia el mismo sexo. Sin embargo se puede recordar que la Iglesia Católica enseña que la inclinación homosexual en sí misma no es pecaminosa. Todas las personas, casadas o célibes, está llamadas por Dios a vivir la castidad, cada una de acuerdo con su estado de vida.
Algunas personas críticas también han dicho que Newman se opuso profundamente a la idea de su beatificación, y que incluso tomó medidas para asegurar que resultara imposible rendir culto a sus restos. ¿Está cometiendo el Papa un error al beatificarlo?
Newman era plenamente consciente de sus flaquezas, tales como soberbia y reacciones desproporcionadas debidas a una excesiva sensibilidad. Con el paso del tiempo, la conciencia de su falta de respuesta adecuada a las gracias de Dios le dio un mayor sentido de la santidad de Dios y de la nulidad de su ser. El pensamiento de ser considerado un santo o ser llamado santo le resultaba entonces claramente repulsivo. Los santos verdaderos no se consideran santos; se ven más bien como pecadores penitentes. El Papa Benedicto, tras un estudio muy cuidadoso de la vida y obra de Newman, ha reconocido debidamente la santidad del venerable Newman y lo declarará beato dentro de poco.
Juan R. Vélez ejerce su ministerio como sacerdote católico en Los Angeles. Antes de su ordenación sacerdotal había ejercido como médico.
(*) Publicado originariamente en MercatorNet
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