Gaztelueta al día (Entrevista de Álvaro Pardinas)
El pasado 25 de febrero, el salón de actos de Gaztelueta se llenó para escuchar una conferencia de Benigno Blanco, presidente del Foro Español de la Familia desde hace ya unos cuantos años.
En unos días en los que se ha aprobado la ley del aborto, la visita de Benigno adquiere una relevancia aún mayor.
¿Qué es el Foro Español de la Familia?
El Foro de la Familia es una plataforma de asociaciones familiares. De momento, están integradas en el foro más de 5.000 asociaciones, y representan a cuatro millones de familias.
El foro tiene como objetivo específico defender los tres intereses principales de la familia en nuestra época, que son el matrimonio, la vida y la libertad de los padres para educar a sus hijos, y todo ello con la vocación específica de hacerse presente en la vida pública: influyendo y transmitiendo propuestas a las administraciones públicas, haciéndose presente en los medios de comunicación, y defendiendo los intereses de la familia en los grandes debates nacionales.
¿Cuál cree que es el mayor problema contra el que se enfrenta el foro actualmente?
Creo que el principal problema que tiene la familia es que hay mucha gente que no se aclara acerca de qué es un ser humano exactamente. Como fruto de la crisis cultural en la que vivimos, muchos contemporáneos nuestros no tienen una idea clara de qué es la naturaleza humana.
Y ese, que es el problema esencial de nuestra época, se traslada a la familia. Si uno no se aclara sobre cómo construirse a sí mismo, sobre cómo ser buena persona, es muy difícil que pueda administrar la construcción de un proyecto de varias personas. Por eso los grandes debates que hay hoy en día sobre la familia son de concepto.
Creo que hay que defender y explicar las cosas que son evidentes, porque son esas precisamente las que no se entienden. Por tanto, desde el Foro de la Familia nos dedicamos a eso, a explicar qué es un hombre, qué es una mujer, qué es un niño, etc.
Uno de los mayores frentes de lucha del Foro es contra el aborto. ¿Cómo se ha acogido la aprobación de la nueva ley?
Lo de la ley es una noticia muy triste, porque es una cosa muy injusta. Es injusta porque desprotege los dos intereses en juego en el debate sobre el aborto, que son el niño y la mujer embarazada. Son las dos grandes víctimas de este drama humano.
El niño, porque se le convierte en un objeto indiferente para el derecho. Y la mujer embarazada, porque no se han establecido ningún tipo de medidas de información, apoyo y solidaridad hacia ella, a pesar de que lo hemos solicitado en reiteradas ocasiones.
Dicho esto, el problema del aborto no es un problema de una ley hoy día, es un problema nuclear y de concepto de nuestra época. Y el principal mal de nuestra época es la cultura de la muerte. Precisamente porque ya no sabemos qué es un ser humano no sabemos cómo defenderlo.
Nos hemos desarmado intelectual y moralmente como sociedad para defender la vida. Y por eso, con la ley anterior, y con la que se acaba de aprobar, los términos para defender la vida son los mismos. Hay que volver a abrir los ojos de nuestros conciudadanos para que miren al no nacido, para que miren a la mujer y entiendan que uno y otro deben ser protegidos.
Como todo lo evidente, es difícil de explicar. Si no se ve... Es como la esclavitud: si en aquella época no entendían que los esclavos también eran seres humanos, no podían entender por qué eso estaba mal.
Uno de los modos de ayudar a la mujer embarazada es RedMadre. ¿Podría explicar un poco en qué consiste?
RedMadre responde a la idea que ya he expuesto sobre la ayuda a la mujer. Somos conscientes de que, en la sociedad actual, si una mujer quiere, aborta. Y la única manera de evitar abortos es estar al lado de la mujer, convertirla en nuestra aliada para defender la vida.
El proyecto de RedMadre es el intento de promover, por toda la geografía española, una red de voluntariado que esté a disposición de la mujer embarazada para lo que necesite.
¿Y cómo se concreta eso?
En cada caso es una cosa diferente. Damos cariño, ayuda psicológica, médica, bolsa de trabajo, asistencia después del parto, lo que haga falta. La experiencia está siendo muy bonita, porque de cada diez mujeres que conectan con nosotros, ocho no abortan. Lo cual quiere decir que, si nos ponemos del lado de la mujer embarazada, se pueden evitar miles de partos. Y lo hacemos todo con trabajo de voluntarios.
¿Está funcionando bien?
De momento, está funcionando muy bien. Es un proyecto que tiene tres años de vida y que nos ha servido como soporte para presentar una iniciativa legislativa popular para crear por ley esa red de apoyo a la embarazada en diversas comunidades autónomas.
De momento, la fundación RedMadre que establecimos en Madrid para organizar todo este proyecto tiene ya asociaciones federadas en 30 de las 50 provincias españolas.
¿Cree que superaremos la lacra del aborto?
El siglo XX nos demuestra que el ser humano, ni a nivel particular ni como pueblo, puede empeñarse durante mucho tiempo en ser malo del todo. Por eso los regímenes totalitarios del siglo XX han caído. Si te empeñas en ser muy malo, eso no funciona. Y por lo tanto, la cultura de la muerte, que es propia de nuestra época, será superada.
Es más, yo creo que ya estamos empezando a superarla. La propaganda oficial dice que ese debate ya está superado, pero parece que no.
Cuando en España se legalizó el aborto se vendió como algo liberador. Pero hoy día tenemos un millón de mujeres que desde el año 85 han abortado. Por tanto hay un millón de testigos de que todo eso es mentira: de que el aborto es un drama terrible.
Y alrededor de ese millón de mujeres hay muchos que lo han vivido de cerca. La propaganda no está funcionando. Mucha gente sabe que el aborto no es nada alegre ni liberador.
A veces, cuando profundizamos en el mal, eso sirve también para descubrir el bien. En RedMadre tenemos muchas voluntarias que han abortado, y que ahora quieren implicarse para evitar que otras mujeres pasen por ese drama.
Llevará un tiempo, pero estoy convencido de que recuperaremos esa cultura de la vida.
¿Cómo pueden ayudar las personas que no tienen tanta disponibilidad como para ser voluntarias?
Hay cosas que todos podemos hacer en la vida: la primera, preocuparnos de las embarazadas que hay a nuestro alrededor. Debemos acercarnos a ella para ayudarla. Porque, dada la situación actual, cualquier mujer embarazada con una situación difícil se plantea abortar o le plantean abortar. Nosotros debemos plantearle que merece la pena seguir con el embarazo.
En segundo lugar, utilizar el poder de la palabra. Porque al hablar, nos metemos en el corazón y en la mente de los demás.
Y en tercer lugar, enseñar al niño. Hacer que se vea. Hoy en día eso es fácil. Hay que hacer que la imagen del niño como niño quede grabada en el corazón y en la cabeza de todo el mundo.
Si hacemos esas tres cosas, ayudaremos a que el cambio de cultura vaya por buen camino.
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