Calibrar mejor en qué consiste la vocación como llamada divina
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Los s
entidos de la palabra vocación son muchos. Para algunos puede significar que se siente capaz y con aptitudes para una determinada profesión. Tiene mucha vocación, dicen del médico.
Para otros, se usa el sentido más verdadero de ser llamado por Dios, pero restringiéndolo a los religiosos o los sacerdotes. Esta chica tiene vocación, dicen de la que quiere ser monja. Esta acepción dejaría a la mayoría de los fieles cristianos sin vocación divina, y no parece la más correcta.
En sentido propio vocación es la llamada divina que Dios hace a todos y a cada uno de los hombres a ser santos y a una determinada misión en la Iglesia y en el mundo. A algunos los llama Dios al claustro o al monasterio, a otros al sacerdocio, a otros en las tareas del hogar, o a alguna de las mil profesiones de los trabajos humanos, pero a nadie deja de llamar Dios.
El problema será saber cuál es la propia vocación, pues de ahí la vida adquiere la verdadera dimensión y sentido. Por una parte se vive la propia libertad en plenitud; por otro se vive la Voluntad de Dios elige a los que quiere.
En el siguiente trabajo se puede calibrar mejor en qué consiste la vocación como llamada divina, contemplando a Jesús que llama a los apóstoles para luego poder aplicar estos hechos a la propia situación.
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