El nacimiento del Señor da paso con el nuevo año a un desafío: "mostrar a Cristo a los demás, ser altavoz de las enseñanzas de la Iglesia"
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En su carta de diciembre el Prelado del Opus Dei recuerda la invitación de la Iglesia, que durante los días pasados «nos ha invitado a recorrer una y otra vez el camino de Belén, para adorar y dar gracias a Jesucristo», ahora nos invita «a fijarnos en los otros personajes de la Navidad; en la Virgen María, en primerísimo lugar; y, junto a Ella, inseparable de Ella, en San José».
Haciendo referencia a la fiesta del día 1, Solemnidad de Santa María, Madre de Dios, propone a todos «dar un nuevo impulso a nuestro trato filial con la Virgen y agradecerle su desvelo materno por nosotros. María conduce siempre a Jesús, como les sucedió a aquellos personajes del Oriente, los Reyes Magos, a quienes una estrella acompañó hasta Belén para adorar al Mesías que acababa de nacer».
Recuerda, con palabras de Benedicto XVI que «han transcurrido veinte siglos desde que ese misterio fue revelado y realizado en Cristo, pero aún no se ha cumplido plenamente», y afirma que «la misión de la Iglesia continúa realizándose hasta el final de los siglos, porque cada época histórica, cada país, cada nueva generación, ha de ser conducida a Cristo. La escena de la Epifanía resulta perennemente actual».
Con palabras del Papa se pregunta: «¿en qué sentido, hoy, Cristo es aún lumen gentium, luz de los pueblos? ¿En qué punto se encuentra si se puede hablar así este itinerario universal de los pueblos hacia Él? ¿Está en una fase de progreso o de retroceso? Y también: ¿quiénes son hoy los Magos? ¿Cómo podemos interpretar, pensando en el mundo actual, a estos misteriosos personajes evangélicos?, y afirma Mons. Echevarría que «todo depende de la gracia de Dios; y, al mismo tiempo, todo depende de la correspondencia de los seguidores de Cristo, que hemos de continuar el surco trazado por Nuestro Señor y hecho más hondo por las sucesivas generaciones de fieles, desde los Apóstoles y las mujeres de la primera hora hasta los tiempos actuales».
Y continúa: «Ésta es la tarea del cristiano que desea ser coherente con su vocación: mostrar a Cristo a los demás, ser altavoz primero con el ejemplo, pero también con la palabra oportuna de las enseñanzas de la Iglesia, especialmente en los temas más debatidos en la opinión pública: el respeto a la vida humana en todas sus fases; el deber de procurar que las leyes civiles fomenten y protejan la verdadera naturaleza de la familia establecida por el Creador, basada sobre el matrimonio indisoluble de un hombre con una mujer, abierta a la vida; el derecho a elegir para los hijos un modelo educativo que responda al ideario espiritual y moral de cada uno, etc.».
Al estar próxima la fecha del aniversario del nacimiento de San Josemaría, el próximo día 9, comenta que «hablando de modo humano, resulta lógico que tratemos de ofrecerle algún obsequio; ¿y qué mejor "regalo" que el deseo de acrecentar nuestro afán apostólico, con obras concretas que manifiesten ese celo por la salvación de las almas, que Jesucristo ha encendido en nuestro corazón?».
Termina pidiendo oraciones por el Santo Padre y por sus intenciones, que «siguen siendo muy numerosas».
Texto completo de la Carta del Prelado del Opus Dei