Unos cincuenta obispos ya han manifestado su deseo de aceptar la doctrina católica
ABC
Una amistosa negociación confidencial con la cúpula de la Iglesia anglicana ha permitido a Benedicto XVI el paso más decisivo en casi cinco siglos para resolver, al menos parcialmente, el cisma creado por Enrique VIII en 1534.
El acuerdo fue anunciado ayer simultáneamente en Roma y en Londres por el cardenal William Levada y por el primado anglicano Rowan Williams, acompañado del arzobispo católico de Londres, Vincent Nichols, con quien publicó un comunicado conjunto. Rowan Williams vendrá a Roma el próximo mes de noviembre siguiendo el ritmo de sus visitas anuales a la Santa Sede.
El Papa ha aprobado que se puedan crear en cada país a juicio concorde de cada conferencia episcopal y del Vaticano Ordinariatos Personales, similares a los Ordinariatos Militares, que permitan acoger en la Iglesia católica a grupos de anglicanos, incluidas parroquias y diócesis enteras, que acepten la doctrina católica y la autoridad de Roma pero sin cambiar «su específico patrimonio espiritual y litúrgico anglicano».
Hasta ahora, los obispos, sacerdotes y fieles anglicanos que deseaban la unión con el Papa como eran ya cristianos no se trata de una «conversión» eran «recibidos» en la Iglesia católica individualmente a título personal. La Constitución Apostólica de Benedicto XVI, que será publicada dentro de unas semanas, permitirá recibirles colectivamente manteniendo la liturgia y la tradición anglicanas, de modo similar a las Iglesias católicas de rito oriental como la de Egipto, la de Armenia, la de Ucrania, etc.
Aceptarían la doctrina católica y la autoridad de Roma, pero sin cambiar su patrimonio espiritual y litúrgico. En los últimos dos o tres años, medio centenar de obispos anglicanos y episcopalianos del Reino Unido, Estados Unidos, Australia, etcétera han pedido la plena unión con el Papa a raíz de las tres últimas decisiones conflictivas de la Iglesia anglicana: la ordenación de las mujeres como sacerdotes y obispos, la ordenación sacerdotal y episcopal de homosexuales, y la bendición religiosa de uniones homosexuales.
Presididos por un obispo
El cardenal William Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, explicó ayer en Roma que los Ordinariatos Personales, presididos por un obispo o sólo por un sacerdote si cuentan con pocos fieles, serán similares a los Ordinariatos Militares, pues acogerán personas de un determinado país y formarán parte de la respectiva conferencia episcopal. Esas dos características marcan las diferencias con las Prelaturas Personales de las cuales existe sólo la del Opus Dei, que forman parte de la estructura central jerárquica de la Iglesia y tienen como ámbito el mundo entero.
El cardenal Levada comentó que al frente de cada Ordinariato Personal habrá un obispo ex anglicano soltero o un sacerdote ex anglicano soltero nombrado por la Santa Sede. Los obispos anglicanos casados podrán desarrollar en la Iglesia católica funciones sacerdotales pero no episcopales. Del mismo modo, los sacerdotes anglicanos continuarán su ministerio sacerdotal en el marco del nuevo Ordinariato. Para los fieles el cambio es sólo espiritual pero muy importante: estar unidos al Papa y al resto de la Iglesia católica.
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