Todos coincidimos en que vivimos una época convulsa en torno a los valores
Las Provincias
No me parece un hecho aislado, sino significativo y frecuente. Así lo confirman muchos psicólogos y psiquiatras, y hasta es más que lógico. Abortar es una decisión muy importante y grave, que suele tener consecuencias psíquicas y físicas.
Conocí este hecho que voy a relatar hace tres días. Una chica joven, española, estaba prácticamente decidida a abortar. Con tan dramática determinación, no vivía tranquila, y no podía dormir. Así pasó tres meses, de angustia, dudas y remordimientos. Entró en contacto con una asociación que ayuda a mujeres embarazadas con diverso tipo de dificultades, y le animaron a que naciera el hijo que llevaba dentro, a que no abortara. Finalmente, decidió dar a luz y, con gran sencillez, dijo que, tras tres meses de no poder dormir, ese día el de la decisión a favor de la vida había dormido bien.
Si bien todos coincidimos en que vivimos una época convulsa en torno a los valores, unos se empeñan en cambiarlos y otros en orillarlos. El desasosiego, la inquietud, la angustia, impiden dormir bien. Hay personas que no duermen bien por los agobios económicos y laborales, por la violencia que padecen, por enfermedad o hasta porque no tienen un techo digno para dormir. Pero hay insomnios y sueños pesados que manifiestan el tormento interior, la conciencia que no puede ni debe callar.
Es una casualidad, pero hoy inicio mi columna semanal con un título, Pulsaciones, que viene como anillo al dedo. Pensé en un título atractivo, positivo y alentador: que desde estas líneas recoja y transmita vida. Sólo cuando cesan las pulsaciones, cesa la vida.
Este sábado, en Madrid, se celebra la marcha por la vida, a las 5. Estoy seguro que será un éxito. Se puede apoyar la vida y estar en contra del proyecto del Gobierno para el aborto libre ése es el proyecto de Bibiana Aído sin acudir a la manifestación, pero yo animo a asistir. Desde luego, yo iré, como miles de personas de la Comunidad Valenciana.
Somos un país de quejicas y comodones: no se explica de otro modo que el Gobierno prepare esa ley bárbara, cruel y sanguinaria, en contra de la mayoría de los españoles, y no reaccionemos. Así lo revela un sondeo del 5 de octubre en La Vanguardia, que recoge esa oposición mayoritaria al proyecto gubernamental.
Yendo a Madrid ese día, creo que hasta podemos dormir mejor. Comprobaremos que la sociedad alza su voz y la vida nos importa.