Hoy, la historia se repite
Florida, en EEUU, fue el origen de una canción muy pegadiza titulada Bonnie Blue Flag (bonita bandera azul), que se puede escuchar en la película Dioses y generales. La letra de la canción ensalzaba la bandera azul con una estrella blanca en el centro que sirvió de distintivo en muchos campos de batalla a las fuerzas confederadas durante la Guerra de Secesión.
El estribillo de esa canción empezaba con dos versos que decían: Hurrah! Hurrah! For Southern Rights, Hurrah! La expresión southern rights (derechos del sur) fue utilizada con profusión en aquella época para referirse en especial a un mal llamado derecho por entonces en disputa y que fue uno de los detonantes de esa contienda civil: el derecho a poseer esclavos.
Para comprender esta manipulación del lenguaje que llevaba a calificar de derecho la negación de la libertad de otros tenemos que remontarnos a la primera mitad del siglo XIX. Durante años la literatura abolicionista estuvo prohibida y los profesores abolicionistas estaban vetados en las escuelas de los estados del sur.
La aceptación social de la esclavitud era asumida por los sureños de toda clase y posición, hasta el extremo de que a partir de la década de 1830 el servicio de correos se negaba a entregar folletos abolicionistas en los estados sureños. Sólo un sector minoritario proponía la total abolición de la esclavitud. Eran los abolicionistas, tachados de extremistas por la mayor parte de una sociedad que, por aquel entonces, veía de lo más normal que hubiese hombres que poseían a otros seres humanos como quien posee cabezas de ganado.
Por aquel entonces, la política en EEUU estaba dominada por dos partidos: los Demócratas y los Whigs. El Partido Demócrata era el gran defensor de la esclavitud en los EEUU, acaparando el poder en los estados del sur. El Partido Whig estaba dividido entre esclavistas y abolicionistas.
A raíz de la Kansas-Nebraska Act, una disposición que autorizaba a extender la esclavitud a los nuevos territorios incorporados a la Unión, en 1854 surgió el Partido Republicano como escisión de los Whigs. Los republicanos rechazaban no sólo la extensión de la esclavitud a nuevos estados, sino también su permanencia en los estados del sur, por lo cual los esclavistas los tachaban de republicanismo negro.
Cuando el republicano Abraham Lincoln, un abolicionista, llegó a la presidencia en 1861, los demócratas sureños iniciaron la secesión bajo el argumento de que el nuevo gobierno pretendía arrebatar sus derechos es decir, abolir la esclavitud a los estados del sur. Hicieron falta cuatro años de guerra para acabar con un levantamiento armado que invocaba palabras como derechos y libertad para defender una brutal forma de opresión [
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Hoy, la historia se repite: el Partido Demócrata califica otra vez como derecho la violación de un derecho humano, si bien esta vez no es la libertad, sino algo aún más básico: la vida de los más indefensos.
Ahora incluso un presidente afroamericano y demócrata, Obama, apoya a organizaciones que utilizan el aborto con fines racistas. Kafkiano, en fin