Las fiestas marianas del mes de agosto sirven a Mons. Echevarría para invitarnos a imitar la vida ordinaria y cercana a Cristo de la Madre de Dios
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En su carta mensual, en esta ocasión desde México, el Prelado del Opus Dei, con ocasión de las fiestas marianas del mes de agosto, invita a imitar la vida ordinaria y cercana a Cristo de la Madre de Dios.
Próxima la festividad del día 15, la Asunción de Nuestra Señora, recuerda a todos, con palabras de Benedicto XVI, que esta festividad nos impulsa a elevar la mirada hacia el cielo (
). Es una ocasión para ascender con María a las alturas del espíritu, donde se respira el aire puro de la vida sobrenatural y se contempla la belleza más auténtica, la santidad.
Sugiere que, en primer lugar, miremos a fondo la respuesta cotidiana de María, fijándonos de manera especial en su vida de oración y recordando que en cada Santa Misa, la Virgen se halla misteriosamente presente junto al altar donde se actualiza de modo incruento en Sacrificio de la Cruz.
Propone que desgranemos piadosamente las letanías y las demás oraciones marianas el Avemaría, la Salve, el Rosario y las jaculatorias que el cariño filial nos sugiera con esmerada devoción y piedad de hijos (
).
Recuerda cómo, en las cartas y documentos de familia, San Josemaría solía firmar con el nombre Mariano y anima a que entremos en la escuela de Mariano, imitando a nuestro Padre en su tierna devoción a la Santísima Virgen, como hijos pequeños que en todo momento se saben necesitados de los cuidados de su Madre.
En México, a donde ha acudido en nombre de todas y de todos los que ahora estamos en la Obra y los que llegarán en el transcurso de los siglos, para rogar por la Iglesia, por el Papa y sus colaboradores, por los Obispos y sacerdotes del mundo entero especialmente en este Año sacerdotal, por el Opus Dei y todo el pueblo cristiano y donde ha participado en la dedicación de la iglesia construída en honor de San Josemaría, da gracias a Dios, porque esta circunstancia me ha permitido rezar ante la Virgen de Guadalupe en la Villa, con el recuerdo de los pasos de nuestro Padre en 1970.
Texto completo de la Carta del Prelado del Opus Dei