Arguments
A finales del mes pasado el periódico ABC publicó un artículo sobre una Ley de Maternidad en la Comunidad valenciana, para evitar abortos y atender a jóvenes embarazadas. Bienvenida sea. Cuando otros países de nuestro entorno se están planteando cómo aumentar el número de nacimientos y frenar el aborto (y no sólo por un sentido ético, sino utilitarista), en España seguimos cuesta bajo y sin frenos hacia el aborto libre y gratuito, y a destrozar a la familia, hurtándole ayudas económicas y no respetando el derecho a elegir la educación de sus hijos. Sin mencionar, para no marear a los lectores, con la invención de nuevas formas de familia, cada cual más disparatada.
La Iglesia Católica ha declarado recientemente, no sólo que la ley que pretende sacar el Gobierno sobre el aborto es inmoral y que todo parlamentario, si es de verdad un católico consecuente no debe votarla; no sólo ha declarado eso, repito, sino que también ha manifestado que no se puede votar a un partido que defienda el aborto, si quiere ser un católico consecuente. Más claro, agua.
Uno se podría preguntar cómo es posible tanta aparente insensibilidad de la masa social ante la realidad del aborto: miles de muertos en España. Más vale pensar que es por desconocimiento exacto de lo que es un aborto, o de un acostumbramiento de donde va Vicente Porque el hecho cierto y real y fotografiado y escaneado, es que lo que hay en el vientre materno en las primeras semanas es una criatura con formas humanas incluso, como puede apreciarse en la fotografía de 14 semanas, incluída en el cuerpo del artículo.
Al Gobierno central no le ha gustado nada esta iniciativa, y pretende cargársela. Y es muy difícil alimentarse sólo de ideologías.
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ABC
Garantizar el derecho a la «vida en formación» desde la concepción y fomentar la natalidad para asegurar el relevo generacional. Esos son los dos ejes fundamentales del programa +Vida recogidos en la ley de maternidad impulsada por la Generalitat Valenciana.
La norma, pionera en España, viene a echar más leña al fuego al debate surgido tras la aprobación, por parte del Gobierno central, del proyecto de reforma de la ley del aborto, que prevé la interrupción libre del embarazo hasta las catorce semanas de gestación.
Mientras para el Gobierno regional lo «progresista» es defender la vida del nonato desde el momento de la concepción, para el Ejecutivo socialista y su ministra de Igualdad, Bibiana Aído, la clave de la norma estatal es el «equilibrio» entre la autonomía de las mujeres y la protección de la vida prenatal.
Del mismo modo que hiciera con el compromiso voluntario de integración para inmigrantes, el gobierno presidido por Francisco Camps sigue la estela marcada por países europeos como Finlandia o Alemania, que ya se han puesto manos a la obra para «estimular la natalidad».
De hecho, aunque la Generalitat es consciente de que las políticas demográficas surten efecto a largo plazo, los resultados positivos que se han derivado de la aplicación de las medidas de estímulo de la natalidad en ambos países hacen prever al Consell que serán unas 100.000 mujeres al año las que potencialmente se beneficiarán de la nueva ley de maternidad. Dicho de otro modo: las medidas de protección a la madre que ofrece la nueva ley valenciana podrían evitar miles de interrupciones voluntarias del embarazo en su primer año de aplicación. En concreto, se prevé que los primeros resultados significativos se obtengan en un plazo de cuatro años.
Duplicar los nacimientos
Las cifras que maneja el Ejecutivo autonómico indican que, para llegar a mantener el relevo generacional, debería haber 81.000 nacimientos más al año en la región. Esto es, para frenar el progresivo envejecimiento de la población, el índice de nacimientos por familia debería pasar del 1,05% actual a un 2,1%, justo el doble.
En los últimos años, la llegada de más de 100.000 jóvenes inmigrantes ha logrado suavizar esa tendencia, pero no ha sido suficiente para invertirla. Tampoco lo ha sido el elevado porcentaje de madres extranjeras en la Comunidad, pues uno de cada cuatro nacimientos que se produjeron el pasado año fueron en el seno de familias extranjeras.
Ley trasversal
Hasta tal punto se ha propuesto la Generalitat invertir la tendencia demográfica que la defensa de la «vida en formación» y la protección a las madres impregnará a la actuación de todos los departamentos del Gobierno autonómico, que desarrollarán por vía reglamentaria la normativa en un plazo de nueve meses.
El «quid» de la cuestión será la consideración del feto. Mientras la ley de plazos impulsada por el Gobierno se basa en la ausencia de evidencias científicas para considerar humano a un feto de menos de catorce semanas, la ley de maternidad valenciana reconoce derechos al no nacido desde la fase embrionaria.
De ese modo, al embrión se le considera «un miembro más de la familia», lo que otorga ventajas fiscales, en la reserva de plazas escolares o en el acceso a viviendas protegidas, entre otras. También habrá ayudas para las embarazadas en riesgo de exclusión.
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