¿Ese día se quedaron en casa viendo el fútbol?
El pasado domingo por la tarde el cardenal arzobispo de Barcelona Luis Martinez-Sistach había invitado a todas las familias a asistir a una misa en la basílica de Sta. María del Mar por las familias de la diócesis y a la renovación de las promesas matrimoniales a los que este año cumplíamos 25, 50 ó 60 años de matrimonio.
Fue una preciosa celebración en la que mi marido y yo repetimos dichas promesas. Nos alegró muchísimo ver los bancos llenos de matrimonios que celebraban sus bodas de oro o de diamantes, celebrando su fidelidad y una vida lograda.
Al mismo tiempo nos dejó un tanto asombrados el escasísimo número de matrimonios que celebrábamos el año de nuestras bodas de plata: éramos sólo cuatro.
Y me preguntaba yo por la causa de esa bajísima representación. ¿Será porque en nuestra generación ya no se casaban tantos?, ¿porque no tenían un proyecto común bien fundamentado capaz de resistir todos los envites?, ¿porque no habían ido trenzando una personalidad capaz de lidiar con las dificultades de la vida y no llegaron unidos al 25 aniversario?, ¿o porque ese día se quedaron en casa viendo el fútbol?.
Lo cierto es que esa misma mañana habíamos estado hablando con unas amigas de las crisis personales como causa de las crisis matrimoniales, económicas y sociales y les pasé unas elocuentes viñetas de Quino sobre los valores en el siglo XXI [Descargar PDF] que quiero compartir con vosotros. ¿Será ésa la causa de la menor fidelidad?
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