La tercera encíclica de Benedicto XVI, sobre el desarrollo humano integral en la caridad y en la verdad
Carta encíclica escrita por Benedicto XVI sobre el desarrollo humano integral en la caridad y en la verdad, firmada el pasado 29 de junio, festividad de San Pedro y San Pablo y distribuida este martes por la Santa Sede.
Texto íntegro de la Encíclica Cáritas in veritate, de Benedicto XVI
Gaceta de los Negocios
Todas las encíclicas del Papa levantan expectación, pero esta lo ha hecho de forma especial. Se ha señalado el origen moral de la crisis económica que azota al mundo desarrollado porque los pobres siempre están en crisis, y muchos esperaban de Benedicto XVI el ejercicio de su magisterio clarificador.
El Papa ha respondido con el documento Caritas in veritate, una encíclica (la tercera desde que ocupa la Silla de Pedro) dividida en seis partes, que consta de 127 páginas y ostenta un marcado carácter social. Algunos medios se han apresurado a tildar al Pontífice de socialista, o poco menos. Ya se sabe que los medios elogian o atacan al Papa en función de la coincidencia de sus manifestaciones con la línea editorial que defienda la empresa mediática en cuestión. Pero el Papa siempre defiende los mismos valores, y su mensaje no es susceptible de adaptaciones a los tiempos porque el tiempo de la Iglesia se mide en la eternidad.
La encíclica la presentó ayer el cardenal Renato Martino en el Aula Pablo VI de El Vaticano, un día antes del comienzo de la reunión del G-8 en Italia. De hecho, Benedicto XVI ha enviado el texto a la cumbre, un acto muy pertinente habida cuenta de que en él aboga por un nuevo orden financiero que busque el bien común, y afirma la necesidad de ética que tiene la economía, pues el mercado no es el lugar de atropello del fuerte sobre el débil. La Librería Editorial Vaticana ha tirado medio millón de ejemplares en italiano y prepara ya una segunda edición.
Déficit ético
En Caritas in veritate, el Pontífice asegura que la crisis muestra que los tradicionales principios de la ética social, como son la transparencia, la honestidad y la responsabilidad no pueden ser descuidados. La crisis nace de un déficit de ética en las estructuras económicas, insiste. El Obispo de Roma señala que la economía no elimina el papel de los Estados y tiene necesidad de leyes justas, y denuncia la mentalidad de la economía globalizada de lograr beneficios a cualquier precio. Lamenta que esa codicia haya conducido a la peor crisis económica desde la Gran Depresión, por lo que exige nuevas normas y controles. Benedicto XVI ha trabajado durante dos años en el documento, y su publicación mundial un día antes del G-8 reviste una clara intencionalidad de coordinar esfuerzos frente a la crisis, aportando directrices útiles desde la autoridad moral e intelectual que asiste al vicario de Cristo.
El desarrollo es imposible sin hombre rectos, sin operadores económicos y hombres políticos que sientan profundamente en sus conciencias la llamada del bien común, afirma Benedicto XVI. Su llamamiento a una regeneración de las actitudes empresariales y políticas ha sido muy comentado. Pero sobre todo, el Papa incide en la reforma espiritual del hombre como causa necesaria de la mejoría del mundo: Creerse autosuficiente y capaz de eliminar por sí mismo el mal de la historia ha inducido al hombre a confundir la felicidad y la salvación con formas inmanentes de bienestar material y de actuación social.
El nuevo documento del Papa Ratzinger retoma los temas sociales contenidos en las encíclicas Populorum progressio, de 1967, escrita por Pablo VI, y Sollicitudo rei socialis, sobre la misma temática, escrita por Juan Pablo II en 1988.