Mons. Javier Echevarría anima a agradecer a Dios el don que supone cada sacerdote
En la carta pastoral que mensualmente escribe el Prelado del Opus Dei, recordando la reciente festividad de San Josemaría, afirma que mi corazón y mi mente se dirigen a nuestro Padre, y deseo acudir a su intercesión con continuada frecuencia y con mayor intensidad. Al reflexionar en su figura sacerdotal, en su respuesta generosísima a lo que el Señor le mostró el 2 de octubre de 1928, descubrimos una vez más la inmensa eficacia de un sacerdote santo.
Y continúa: ¡Cuántas veces nos comentaba que los sacerdotes no se salvan solos: siempre van acompañados de una cohorte de almas! De ahí la necesidad de que los cristianos recemos incansablemente por la santidad de los ministros de Cristo.
Afirma que Estas reflexiones acuden con insistencia a mi pensamiento en estas primeras semanas del Año sacerdotal, inaugurado por el Papa el pasado 19 de junio, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús y recuerda el cariño que manifestaba San Josemaría al Santo Cura de Ars cuando en alguna ocasión acudió a venerarlo en Ars, para encomendarle la santidad de los sacerdotes
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Recuerda cómo San Josemaría estimaba inmensamente la vocación cristiana de los fieles laicos: no en vano el Señor le había elegido para abrir en el mundo la senda de la Obra, camino de santificación en el trabajo profesional y en el cumplimiento de los deberes ordinarios del cristiano, y recordaba, ya en los años 30 del siglo pasado, que todos los cristianos, hombres y mujeres, participan del único sacerdocio de Cristo, que todos tienen un alma sacerdotal; y que, por tanto, han de aspirar con todas sus fuerzas lo mismo que los sacerdotes a la santidad y fomentar en sus corazones el celo por la salvación de las almas.
Pide oraciones, llenas de confianza y optimismo, por la Iglesia, por la santidad de los sacerdotes y del pueblo de Dios, pues Dios necesita muchos y santos sacerdotes, para que pueda haber muchos padres y madres de familia, jóvenes y personas mayores, gente de todas las condiciones, que se tomen en serio la vocación a la santidad y al apostolado recibida en el Bautismo.
Hace mención a sus viajes, este mes de julio, a Alemania, Puerto Rico y México: Acompañadme en la oración que pienso hacer ante la Virgen de Guadalupe, bien unidos a mis intenciones, como hicimos todos con nuestro santo Fundador cuando viajó a México en 1970 y recuerda que El próximo día 7 recordaremos el "aquí estoy" que dijo don Álvaro, renovándolo cotidianamente. Acudamos a su intercesión para que nos consiga una fidelidad sin quiebra.
Texto completo de la Carta del Prelado del Opus Dei