Las pautas que nunca se podrán derogar ni dejar a merced de consensos partidistas
El Santo Padre recibió el 5 de diciembre, las cartas credenciales de Juan Pablo Cafiero, nuevo embajador de Argentina ante la Santa Sede.
En su discurso al diplomático, el Papa recordó que Argentina es "un país de hondas tradiciones cristianas que han sembrado y cultivado significativas costumbres, conformando de este modo la idiosincrasia y religiosidad de unas gentes que ansían superarse cada día y aportar a la comunidad internacional lo mejor de sí mismas" (
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"La Iglesia, en el ejercicio de la misión que le es propia -subrayó el pontífice-, busca en todo momento promover la dignidad de la persona y elevarla de modo integral para el beneficio de todos" y "sin pretender convertirse en un sujeto político aspira, con la independencia de su autoridad moral, a cooperar leal y abiertamente con todos los responsables del orden temporal en el noble diseño de lograr una civilización de la justicia, la paz, la reconciliación, la solidaridad y de aquellas otras pautas que nunca se podrán derogar ni dejar a merced de consensos partidistas, pues están grabadas en el corazón humano y responden a la verdad" (
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"El siglo XXI va mostrando cada vez con mayor nitidez la necesidad de forjar la vida personal, familiar y social de acuerdo con esos valores irrenunciables que enaltecen a la persona y a toda la comunidad. Entre ellos hay que destacar el respaldo a la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, (...) la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su término natural, la erradicación de la pobreza, (...) la lucha contra la corrupción, la adopción de medidas que asistan a los padres en su derecho inalienable de educar a sus hijos en sus propias convicciones éticas y religiosas, la promoción de los jóvenes para que sean hombres y mujeres de paz y reconciliación" (
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El 4 de diciembre, Benedicto XVI recordó a los obispos de Chile en visita ad limina, los mismos conceptos, al decirles: Todos los sectores de la sociedad pueden ser iluminados con la luz de la fe. Pienso, entre otros, en el mundo de la cultura, de la ciencia y la política, en la promoción de la familia, fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer, en la creación de condiciones de trabajo más justas y en la ayuda a los más desfavorecidos, en el cuidado del medio ambiente, en la defensa de la vida humana en todas las etapas de su existencia y en el derecho y obligación de los padres a la educación moral y espiritual de sus hijos.
El 30 de abril, el Santo Padre Benedicto XVI volvió a insistir en los principios no negociables, que son las pautas que nunca se podrán derogar ni dejar a merced de consensos partidistas en la configuración cristiana de la sociedad: la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su término natural y los derechos de los padres a la educación de sus hijos.
En esta ocasión el Papa, dirigiéndose al tercer grupo de obispos argentinos en visita ad limina, dijo: Los católicos deberán destacar entre sus conciudadanos por el cumplimiento ejemplar de sus deberes cívicos, así como por el ejercicio de las virtudes humanas y cristianas que contribuyen a mejorar las relaciones personales, sociales y laborales. Su compromiso los llevará también a promover de modo especial aquellos valores que son esenciales al bien común de la sociedad, como la paz, la justicia, la solidaridad, el bien de la familia fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer, la tutela de la vida humana desde la concepción hasta su muerte natural, y el derecho y obligación de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones morales y religiosas.
Sobre los principios no negociables, vid. NG 774, 835, 893, 912, 921, 923, 943, 945, entre otros.