Cada vez hay más demanda en España de centros de educación diferenciada
Las Provincias
La repetición de ideas y de actos nos afecta a todos. A base de repetir algo y sumar repetidores, parece que algo es cierto. Y, sencillamente, es un error, porque supondría otorgar a quien más gasta en publicidad o dispone de fondos públicos de una especie de certificado de calidad.
Uno de estos casos, realmente llamativos, es la enseñanza diferenciada por sexos, que estudien separados chicos y chicas. Es una piedra de toque para descubrir la manipulación ideológica, que nada quiere saber de datos empíricos ni de respeto al pluralismo en la educación.
La ya ex ministra de Educación, Mercedes Cabrera, se dedicó a bombardear desde su privilegiado puesto de gobierno la enseñanza diferenciada. Resultaba hasta sospechosamente obsesiva. ¿Será cierto que anda más en juego de lo que parece, y por eso los socialistas arremeten contra la enseñanza diferenciada, tanto a nivel estatal como en las comunidades autónomas en que gobiernan? Quien crea en las casualidades que sean precisamente los socialistas que Santa Lucía le conserve la vista.
Cabrera nos ha dejado unas cuantas perlas. Llegó a decir que no subvencionar a centros de educación diferenciada era un signo de igualdad. Es como calificar a los miles, decenas de miles de padres de familia, que quieren educación diferenciada para sus hijos, como defensores de la desigualdad, y que están en el borde o fuera de lo constitucional.
Pero algún benévolo-ingenuo-timorato puede pensar que era algo casi exclusivo de Mercedes Cabrera. Pues no es así, porque ella misma dijo que el Gobierno no está de acuerdo en que exista una diferenciación en la educación niños y niñas. Por lo tanto, no hay que confiar ni mucho ni poco nada en su sustituto al frente del Ministerio.
Si existe polémica en torno a la educación diferenciada no es por quienes la defienden, sino por parte de quienes la atacan. Según se mire, es esperpéntico el debate: unos, los socialistas, que en nombre de la libertad quieren impedir la educación diferenciada e imponer la mixta; otros, piensan que es mejor la educación diferenciada y piden que no se les discrimine, a la vez que respetan a quienes prefieren la educación mixta. ¿Dónde está la desigualdad, la discriminación y la auténtica alergia a todo cuanto suponga libertad y pluralismo?
Como no hay peor ciego que quien no quiere ver, el dato que voy a recoger es posible que no haga de cambiar de opinión a casi nadie, pero al menos reforzará la opción de quienes prefieren educación diferenciada para sus hijos. Se trata de un reciente estudio británico que corrobora los beneficios de los centros educativos que separan por sexos, es decir, con educación diferenciada.
Otra conclusión de ese estudio es que las chicas que estudian en clases sólo con chicas tienen mejor rendimiento académico en Secundaria que las que estudian en clases mixtas. Y las chicas que se van rezagando en los estudios, salen mejor académicamente si estudian sólo con chicas.
Muchas asociaciones feministas podrían haberse hecho eco de ese estudio, que confirma ventajas educativas para las mujeres, pero parece que se ha consolidado un feminismo peculiar, como si la defensa de la mujer fuera patrimonio de un partido político o de una ideología, ya sea en la educación, ya sea en el aborto, intentando asociar feminismo a lo que algunos dicen que debe ser la mujer moderna.
No he leído ni oído nada respecto a este estudio en muchos medios de comunicación. Es una conclusión que reviste características relevantes para lo que consideramos noticia. Pero, simplemente, a la moneda de la descalificación sin argumentos se sucede el silencio ante datos o argumentos que van en contra de posiciones ideológicas apriorísticas y dogmáticas.
Cada vez hay más demanda en España de centros de educación diferenciada. Parece no bastar que el Tribunal Supremo haya declarado que no se puede asociar la enseñanza separada con la discriminación de sexo (26-VI-2006). Si la sociedad o los tribunales reconocen esa forma de enseñanza, los gobernantes socialistas van al grifo de la realidad, y niegan conciertos a quienes imparten ecuación diferenciada.
¿De dónde parte esta dictadura educativa? De algunos acomplejados y de algunos que pretenden negar a los padres el derecho a educar a sus hijos como estimen oportuno. Y algunos son más claros: pretenden asfixiar a instituciones de la Iglesia Católica.
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