Todos los pueblos están llamados a formar la gran familia de los hijos de Dios
El pasado domingo se celebró la Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado que Benedicto XVI encomendó a la figura de San Pablo, "emigrante y apóstol de las gentes"
A San Pablo, «gran misionero itinerante del Evangelio», como afirmó el Papa, está dedicada este año la Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado. «Cuando de perseguidor de los cristianos se convirtió en apóstol del Evangelio, Pablo dijo el Santo Padre se transformó en «embajador de Cristo» resucitado para que todos lo conocieran, convencido de que en Él todos los pueblos están llamados a formar la gran familia de los hijos de Dios».
«Ésta es también la misión de la Iglesia, más que nunca en esta época de globalización. Como cristianos no podemos dejar de (...) transmitir el mensaje de amor de Jesús, especialmente a los que no lo conocen o se encuentran en situaciones difíciles y dolorosas. Hoy pienso en particular en los inmigrantes. (...) Me gustaría asegurar que la comunidad cristiana piensa en cada persona y en cada familia y pide a San Pablo la fuerza de un impulso nuevo para favorecer en todas las partes del mundo la convivencia pacífica entre hombres y mujeres de etnias, culturas y religiones diversas».
«Cada uno de nosotros prosiguió (...) está llamado a dar testimonio del Evangelio, con un interés todavía más grande por aquellos hermanas y hermanas que vienen a vivir entre nosotros, por diversos motivos y procedentes de diferentes países, valorizando así el fenómeno de las migraciones como motivo de encuentro entre civilizaciones. Recemos y actuemos para que sea siempre así, de forma pacífica y constructiva, con respeto y diálogo, previniendo cualquier tentación de conflicto o atropello».
Benedicto XVI mencionó también a los pescadores y a los marinos que «desde hace tiempo soportan más inconvenientes. Además de las dificultades habituales, están sometidos a restricciones para bajar a tierra y acoger a bordo a los capellanes, afrontan el peligro de la piratería y los perjuicios de la pesca ilegal. Les manifiesto mi cercanía y espero que su generosidad se recompense con más consideración».
Al final, el Papa se refirió al Encuentro Mundial de las Familias que se clausura hoy en México, mientras también hoy se abre la Semana de Oración por la Unidas de los Cristianos.