Juan Velarde aplaude la objeción de conciencia a asignaturas que constituyen una abominación moral e intelectual
La asociación Profesionales por la Ética está recabando la opinión de diversas personalidades sobre las asignaturas de Educación para la Ciudadanía y el derecho de los padres a objetar a las mismas. En esta ocasión, el experto que ha opinado ha sido Juan Velarde Fuertes, catedrático emérito de la Universidad Complutense de Madrid, premio Príncipe de Asturias de las Ciencias Sociales, premio Rey Juan Carlos de Economía, académico de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas y Consejero del Tribunal de Cuentas (entro otros muchos títulos y méritos académicos)
Para Juan Velarde, como intelectual y profesor, el hecho de que se pretenda adoctrinar a niños y jóvenes españoles mediante la implantación de Educación para la Ciudadanía es muy preocupante. Según los datos facilitados por la OCDE, el fracaso educativo (alumnos que no adquieren el título de ESO), ha aumentado en España del 29, 9 % en 2002 al 31 % en 2007. En cambio, en la UE-19 el fracaso escolar, en el mismo periodo, desciende del 17,1 % al 148 %. Esto muestra que debe mejorarse la calidad de la enseñanza, sin esto es inútil hablar de la competitividad industrial porque (con estos datos) toda la vida económica tendrá los pies de barro, afirma
Sin embargo, el implantar las asignaturas de Ciudadanía no añade nada a la formación fundamental y obliga a dedicarle horas de la etapa escolar. Además, considera que el contenido de Ciudadanía rompe los fundamentos básicos de la cultura occidental cristiana, sin la que es imposible encontrar bases adecuadas para la convivencia en nuestra nación. Además, las asignaturas de Ciudadanía invaden, de manera coactiva, el terreno sagrado de la libertad de los padres, reconocido, por ejemplo, en el artículo 27.3 de la Constitución (que garantiza a los padres el derecho a la formación de sus hijos según sus convicciones).
En cuanto a los contenidos económicos de la materia, constituyen una amalgama de aberraciones y de basura económica incalificables. Según Velarde, va a aparecer próximamente una crítica durísima de estos contenidos en una publicación sobre bibliografía económica en una revista de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Su lectura abruma. Habrá que hacer publicidad de las auténticas atrocidades científicas en las que abundan estos textos.
Habla, asimismo, de la objeción de conciencia y declara que como abuelo, y como ciudadano español, naturalmente que aplaudo la objeción de conciencia sobre este conjunto de estupideces y de abominaciones morales e intelectuales; y esto, cuando, además, fracasa, el sistema escolar español. Los objetores a Ciudadanía están amparados por la Constitución; si los padres supieran el conjunto de barbaridades que se les enseña en Ciudadanía, ya se habrían echado a la calle. Respecto a los Reales Decretos que desarrollan Ciudadanía, deberían ser derogados con urgencia.