La otra voz, la de esos niños, también debe ser oída
AnalisisDigital.com
Permítanme que se lo diga así de claro. Ya sé que, con ello, no despertarán muchas conciencias adormecidas, narcotizadas por la cultura dominante que encamina sólo a aquello que nos apetece o nos complace, sin mayores expectativas o trascendencias. Pero permítanme de verdad, que hoy grite, y les invite a gritar por los que no pueden hacerlo ya, o por los que no podrán hacerlo mañana.
Quieren situar el aborto como objeto de debate social para llegar a un consenso en el que todos estemos de acuerdo. Todos menos ellos, los que no podrán estarlo nunca, los sacrificados, claro.
¿Nadie es capaz de plantear seriamente que no es posible acuerdo alguno para matar a seres humanos, a nuestro futuro, a aquellos niños a los que tenemos que legar tanto nuestras experiencias como nuestra sociedad, cultura, historia?
Si, ya lo sé. Todo esto se reduce a una mera cuestión de tiempo, de necesidades más urgentes antes que ésta, de miedos al qué dirán, de problemas imaginarios que hay que atajar antes de buscar soluciones auténticas a esta tragedia
No parece tener límites la hipocresía de una sociedad que pierde el tiempo que tanto dice que le falta , en tertulias y discusiones interminables para proteger la naturaleza, los animales
Sí, todos de acuerdo en salvar a tal o a cual animal en peligro de extinción (porque, además, si te desmarcas corres el peligro de que se te trate de salvaje, de incivilizado y de no tener sensibilidad
).
¡Pues claro que me parece loable esa defensa de la vida animal! La Naturaleza es un bien que hay que conservar porque no es propiedad de nadie sino disfrute de todos.
Pero tenemos otra obligación, al menos igual de acuciante que la de defender la Naturaleza. Y es la de autoproteger nuestra especie, tanto la vida del no nacido, como la de esa madre que quedará destruida para siempre después de haber sido capaz de matar a su propio hijo
sin la posibilidad de que alguien le haya abierto alguna puerta hacia la esperanza de que criar a un niño no es una misión imposible.
Gracias a Dios, no todo, ni todos actúan igual en nuestra sociedad. Hoy, fruto de la tremenda experiencia de ver mujeres que, en un primer momento, no tuvieron capacidad de luchar por la vida de su hijo y ahora se han convertido en victimas a las que la sociedad trata de ocultar porque el resultado no es exitoso ni proporciona beneficios económicos a nadie, nos encontramos con la formidable labor que está realizando Red Madre. Esta asociación pretende que las mujeres puedan seguir adelante con su embarazo, teniendo todo el apoyo institucional para ello, con legislaciones que protejan y faciliten a una mujer poder hacer frente al nacimiento de su hijo y a la crianza, sin que tengan que llegar al aborto como única salida.
Red Madre pretende poder llevar a las Cortes una Iniciativa Legislativa Popular con este fin. Para ello, está recogiendo firmas. La otra voz, la de esos niños, también debe ser oída. Si decimos que este mundo es tan maravilloso que debemos luchar entre todos para no destruirlo, dejemos a esos niños que puedan disfrutar también de él.
Nadie tiene derecho a decidir por esos niños, ni la madre, ni el médico, ni una sociedad que, por fuerza de ley, quiere decidir cuándo y en qué condiciones un niño debe o no llegar al mundo.
Sigamos gritando aunque otros callen.
Sor Aurora Gallego. Directora Casa Cuna Santa Isabel de Valencia