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Comenta Alejandro Navas en el Diario de Burgos y en el Boletín de la Fundación Burke sobre la aprobación de la polémica Ley de Fertilización Humana y Embriología en el Parlamento Británico.
Se destaca en su artículo más que la monstruosidad de la manipulación de seres humanos dos aspectos justificativos de la ley: La eliminación de la paternidad como algo conveniente en la "adopción" y en el ambiente donde se acoge esa nueva vida humana.
"Por ejemplo, me parece bien significativo el cambio introducido en la regulación de la fertilización in vitro. Hasta ahora se decía que las clínicas dedicadas a esa práctica debían tener en cuenta que los hijos necesitan un padre. Pero madres que crían a sus hijos en solitario o parejas de lesbianas consideraban esa exigencia discriminatoria y han conseguido que se cambie el texto: ahora las clínicas deberán tener en cuenta tan solo la necesidad que puedan sentir los hijos de apoyo de los progenitores en general. Los portavoces del partido conservador fracasaron en su intento de incluir una referencia al padre y a la madre o a la necesidad de un padre o de un modelo masculino. (Alejandro Navas)
La eliminación del "sentido común" como buen referente de las leyes humanas o del obrar humano. Se elimina la luz racional para asumir la voluntad ciega.
La ministra de salud, Dawn Primarolo, repetía sin cesar, casi como una muletilla, que las estructuras familiares se han modificado. Los partidarios de la nueva ley respondían con una insólita agresividad a los que pretendían defender puntos de vista tradicionales, como por ejemplo la necesidad, apoyada por el sentido común, de la figura paterna para una más completa educación de los hijos. Invocar el sentido común -proclamaba uno de los portavoces del gobierno- es con frecuencia el camuflaje de la discriminación, la estrechez de miras y la falta de disposición para aceptar el siglo XXI. (Alejandro Navas)
Supongo que como a toda persona normal estas noticias me producen un especial dolor. No sólo porque se fabriquen seres humanos, que algunos de ellos se queden condenados en la congelación sine diae, o que se manipulen y asesinen en pro de la ciencia, sino por lo que significa esa declaración de principios progresistas: el sentido común esconde discriminación y machismo en definitiva: el progresismo es enemigo del sentido común y de la familia y del ser humano.
Pasamos a ser posesión, producto fabricado y eliminada toda referencia al sentido común, a la llamada interna de la conciencia o de la humanidad ¿Qué queda fuera del capricho? ¿Qué fundamento a la estabilidad del ser humano? ¿Qué protegerá su vida embrionaria o de adulto? ¡Nada ni nadie!
Los parlamentarios británicos, los gobernadores de España, los progresistas de todo el planeta se han propuesto legislar ¡contra el sentido común! que es otra manera de decir ¡contra el hombre!
No es de esperar que se encuentre así ni felicidad ni paraíso, sino esclavitud, tristeza y conflicto.
Pero venden que el final de su proceso es la paz.
Son, sencillamente, sembradores de mentira y, como dice Benedicto XVII, sembradores de la cultura de la muerte.
Y Europa les sonríe.
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